La decoración

5.1. Estampación

El proceso decorativo del estampado se realizaba en la pieza cuando está en estado de bizcocho, es decir, cocida y sin barniz. El dibujo a aplicar era grabado en una plancha de cobre por personal especializado, generalmente hombres. Este dibujo se transfería a un papel de arroz debidamente preparado con jabón y agua para que no se pegara a la plancha. La primera tarea consistía en la aplicación de color a la plancha caliente y después se presionaba esta plancha en el tórculo para que el dibujo se transfiriera al papel completamente. Seguidamente se retiraba el papel sobrante del dibujo y éste se aplicaba a la loza adaptándolo manualmente. A continuación se presionaba con la roba (deformación de la palabra inglesa "rubber") para que el dibujo quedara incrustado en la pieza. Finalmente se sumergía la pieza en agua para reblandecer el papel y poder quitarlo con una esponja. Estas operaciones eran efectuadas por mujeres y niñas. Los primeros grabadores que trabajaron en la fábrica vinieron desde Inglaterra, así como muchas de las planchas. Más adelante fueron producidas en la misma fábrica por personal autóctono.

 

También se aplicaba la técnica de la estampación esmaltada sobre barniz, pero esta operación se realizaba en frío y se utilizaba para estampar iniciales, cifras, letreros y escudos sobre algunas vajillas que se realizaban por encargo.

 

5.2. Calcomanía.

Las láminas de calcomanía comenzaron a introducirse aproximadamente a partir de 1910 y provenían tanto de España como de Francia, Inglaterra o Alemania pero a partir de la década de los 70, se produjeron en la misma fábrica. Con la introducción de esta técnica, desapareció el taller de estampación y el de grabado de la fábrica de La Cartuja ya que este procedimiento era más rápido, cómodo y limpio. La calcomanía consiste en decorar las vajillas mediante un papel donde el decorado ha sido impreso previamente por un proceso foto-litográfico primero, después por serigrafía y actualmente por impresión digital. Al principio se aplicaba sobre la pieza ya barnizada y actualmente sobre la pieza en estado de biscuit o bizcocho gracias al uso de un tapaporos que se le aplica previamente, y con la misma variedad de decoración que existía en el proceso de estampación.

 

5.3. Pintado a mano.

La pintura a mano era un proceso no demasiado frecuente en el conjunto de la producción de la fábrica porque elevaba mucho el coste final del producto y por tanto existía menor demanda de piezas con este tipo de decoración.

 

Esta técnica era la protagonista de las piezas de mayor calidad y se aplicaba generalmente sobre barniz. También muchas vajillas estampadas eran completadas en su decoración con un fileteado en el filo o borde de las piezas. Este trabajo se realizaba a mano alzada durante el siglo XIX. Otras piezas se iluminaban a pincel en color o en oro, con la finalidad de resaltar aún más el decorado que se había aplicado mediante estampación o calco.

 

La pintura a mano alzada se aplicaba a partir de los años 30 del siglo XX a series de vajillas de muy diverso tipo: temas costumbristas, florales, monterías, etc. Una de las series más conocidas es la que se llamó "Villarroel" por el pintor que la implantó y que se inspiró en los motivos decorativos de la cerámica histórica de Talavera.

 

Dichas tareas dependían del taller de dorado, llamado de decoración más adelante, y del taller de pintura. La pintura a mano era aplicada tanto antes del barniz como después del mismo, según se tratara de aplicar una decoración mediante un estarcido o se tratara de iluminar una decoración previa ya aplicada. En cualquier caso, se requería otra cocción que fijara la pintura aplicada. La tarea del fileteado era casi exclusiva de las mujeres que trabajaban en la fábrica mientras que la iluminación era una tarea compartida entre hombres y mujeres.

 

5.4. Cloisonné

Cloisonné es el nombre francés del esmalte alveolado o tabicado. Estos esmaltes se utilizan en orfebrería y consisten en separar las masas vítreas de color mediante pequeños tabiques metálicos. Con esta técnica se podían realizar decoraciones vegetales, geométricas o figuradas, siendo su principal característica los campos de colores puros, normalmente muy vivos, que se encontraban bien delimitados. Son muy abundantes las piezas orientales que utilizan esta técnica, tanto en orfebrería como en cerámica.

 

Aplicado a la cerámica, el cloisonné no es más que una variante de la tradicional técnica de la cuerda seca, que también se basa en la delimitación del color. En la cerámica de Pickman esta técnica se realizaba sobre todo en los azulejos, grabando el dibujo en planchas de cinc y pasándolo a la pieza mediante un papel de arroz estampado. Una vez que se tenía el dibujo que delimitaba las distintas áreas, se remarcaban sus líneas con pigmento negro de manganeso que actuaba de barrera para que los diferentes colores que luego se aplicaban no se mezclaran. El relieve y la brillantez de la decoración se conseguían por el componente vítreo de los colores.

 

El proceso productivo
Estampación
Decoración pintada a mano