La barbotina o pasta liquida se vierte en el interior del molde y pasado un tiempo determinado, en sus paredes cuaja la pasta. En ese momento ya se habrá configurado la forma de la pieza en su interior y el molde puede abrirse y volcarse para extraer toda pasta sobrante. Este es el procedimiento por el que puede conseguirse una pieza hueca obedeciendo a todas las formas que contienen los distintos moldes.

Posteriormente la pieza se va secando a la temperatura ambiente o bien en secaderos si se precisa acelerar el proceso y, cuando ha alcanzado la consistencia necesaria para poder ser manipulada sin riesgo de deformaciones, es repasada con una cuchilla para hacer desaparecer la rebaba en su totalidad. Posteriormente, con una esponja humedecida en agua se completa todo el proceso afinando el acabado y obteniendo un resultado óptimo de la pieza.