La fábrica en el siglo XX
Historia de la fábrica de cerámica Pickman-La Cartuja
A partir de esa época, Pickman S.A. continuó en manos de los descendientes del fundador hasta mediados del siglo XX cuando las sucesivas ampliaciones de capital hicieron que dejaran de ser los principales accionistas y por tanto perdieran el control efectivo de la propiedad.
Esta etapa está marcada por varios hechos significativos de muy diversa índole. En el aspecto productivo y comercial, la fábrica pasó de unos momentos álgidos a un importante declive económico que no se solventó con la renovación de las tecnologías ni de las instalaciones en la década de los cuarenta, cuando ya era evidente la necesidad de reformar las comunicaciones en la fábrica y racionalizar las áreas y funciones de los distintos espacios para conseguir que la cadena de producción fuera lineal y progresiva.
En líneas generales la producción disminuyó tanto en cantidad como en variedad abandonándose líneas productivas como la azulejería o la cerámica artística. Las razones de este paulatino declive son tanto de tipo externo a la fábrica como interno. Entre las primeras puede mencionarse la situación política europea y española que ocasionó problemas de abastecimiento y disminución de la demanda, la pérdida de las colonias, la competencia de otras fábricas o la regulación de los mercados.
Las razones de carácter interno derivan de la propia idiosincrasia de la fábrica. Podría decirse que la fábrica no supo hacer el tránsito de un modelo productivo decimonónico paternalista a una organización empresarial contemporánea, en parte porque se carecía de una sólida formación empresarial y porque hubo reticencias a adoptar sistemas de producción que no estaban en la cultura de trabajo de la empresa.
A pesar de este paulatino declive, la fábrica experimentó momentos de expansión en la década de los 60, época que coincidió con la declaración del monasterio como Conjunto Monumental Histórico (1964) y con el expediente de expropiación sobre los terrenos que se instruyó en 1971. Estas circunstancias obligaron a tomar la decisión de construir una nueva fábrica en otra ubicación. En 1979 ya estaba en funcionamiento la fábrica de cerámica en las instalaciones de Salteras aunque el desalojo definitivo del monasterio no tuvo lugar hasta finales de 1981. En este proceso de planificación del traslado, y ante la incertidumbre sobre la forma de conservar o exponer parte de la colección histórica, la fábrica tomó la decisión de depositar parte de ella en el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla en 1973 con vistas a su exposición permanente, donde aún hoy existe una sala dedicada a la producción cerámica de Pickman La Cartuja.
A todos aquellos que deseen conocer más en profundidad la historia de la fábrica, recomendamos consultar el magnífico trabajo de Beatriz Maestre titulado La Cartuja de Sevilla. Fábrica de cerámica, que generosamente nos ha facilitado gran parte de la información histórica que se ofrece en esta aplicación.