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22/05/2020

Escultura femenina romana

(Por M.ª Dolores Baena Alcántara, Directora del Museo Arqueológico de Córdoba)

 

En este Museo llevamos tiempo trabajando en recuperar la memoria de grupos mas ocultos en la Historia. Es el caso de las mujeres, históricamente presentadas en nuestras instituciones bien como medio de transmisión de mensajes, bien como modelo ejemplarizante (en el sentido edificante o en el contrario). Cambiar esa visión unilateral por una plural y mas real es un reto desde hace años: mostrar el papel de las mujeres como motor de cambio, como investigadoras y creadoras, y como sujetos de la historia es posible a través de una nueva lectura de nuestras piezas  y colecciones. Sólo se trata de reconocer que ese casi cincuenta por ciento demográfico ha contribuido también a forjar las bases de nuestra civilización y nuestra cultura.

Por eso, elijo esta escultura femenina fechada a comienzos del siglo I. Tallada en mármol blanco, con una altura conservada de 198 cm., viste túnica ( chiton ) y manto a manera de capa (himation), muy ceñidos, siguiendo modelos tardohelenísticos.

Destacan los delicados pliegues, tallados en direcciones muy variadas, con minuciosidad. La torsión del cuerpo, ese denominado contrapposto,  evidencia una oposición armónica de diferentes partes de la figura, rompiendo la frontalidad, y  -junto con los pliegues- creando esa sensación de movimiento que contrasta con otras esculturas romanas.

Y esa frontalidad también se rompe con su postura no habitual, con esa  pierna derecha erguida, sosteniendo el peso, y la izquierda flexionada y mas retrasada en su posición. De los calcei muliebres, sus zapatos cerrados, sólo aparece la punta.

Resaltan los volúmenes y las formas de la anatomía bajo el plegado minuciosamente tallado, predominando el modelado frente a la talla de trépano, utilizada sólo en determinadas partes de la vestimenta para crear un elegante contraste de claroscuro.

Su estilo remite a  esculturas tardoclásicas y helenísticas de la escuela de Éfeso (ciudad jónica a orillas del Egeo), y, específicamente, al tipo denominado Helena.

Hallada en la Calle Ángel de Saavedra, en  la zona donde se ubicaba uno de los espacios públicos destacados de la Córdoba romana, el plinto sobre  el que se eleva  sería para situarla probablemente sobre un pedestal, posiblemente con inscripción, y como tantas otras esculturas, masculinas y femeninas, para su ubicación en vía o espacio  público.

En  las ciudades romanas se erigía estatuas a personas que hubieran realizado una contribución notable a la sociedad, es el llamado evergetismo en la investigación. La acción benefactora de las mujeres romanas para  la  colectividad se ha dado en definir como matronazgo, ese con el que contribuyen a construir ciudad, a los servicios públicos, a la institución de fundaciones, a gestionar grandes producciones agrícolas, fábricas, empresas comerciales o a poder ejercer muy variados oficios. Ese fue el papel representado por significativas matronas de las grandes familias con influencia económica, social y política, además de las mujeres de las diferentes dinastías imperiales. De todo ello queda una gran huella, entre otras fuentes, en las  piezas de nuestros museos.

Y a nuestra escultura le falta la cabeza...pero esa es otra historia que también podemos encontrar en  este museo.
 
http://www.museosdeandalucia.es/web/museoarqueologicodecordoba/obras-singulares

http://ceres.mcu.es/pages/Main?idt=129229&inventary=CE027130&table=FMUS&museum=MAECO

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