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Mosaico del Nacimiento de Venus

Opus tesellatum constituido por mármol, piedra caliza y fragmentos de terra sigillata hispánica, asentado sobre mortero de cal y arena.

7,50 x 4,50 m.

Época romana altoimperial. Siglo II - primer tercio del siglo III.

 

 

 

Procedencia

Calle González Marín, n.º 88, Cártama (Málaga)

Comentario

El mosaico del Nacimiento de Venus fue descubierto de manera casual el 5 de enero de 1956 en la localidad de Cártama, bajo la que se encuentra la antigua ciudad ibérica y romana de Cartima. Su hallazgo tuvo lugar durante la realización de unas obras de cimentación en una vivienda, apareciendo el mosaico a algo más de 1 m de profundidad bajo el suelo actual. El mosaico, de grandes dimensiones, de traza rectangular, presentaba un óptimo estado de conservación, y fue levantado e instalado en el jardín del Palacio de Buenavista de Málaga, sede entonces del Museo Provincial de Bellas Artes.

Las teselas empleadas, de color blanco, crema, gris y negro, proceden del entorno de Cártama. Para ciertos detalles rojizos se utilizaron fragmentos de terra sigillata hispanica. En el emblema central aparece Venus, desnuda sobre su manto, que sujeta con su mano izquierda, mientras se recuesta sobre una gran concha en una postura un tanto forzada. Debajo aparecen dos delfines afrontados, animal consagrado a la diosa. Nos encontramos ante una Venus Anadyomene (saliendo del mar), nacida de la espuma de las olas, tal como se relata en el mito. La escena se inscribe en un octógono, rodeado de ocho metopas, cada una con un ave en su interior, todo ello enmarcado en un gran cuadrado. El resto del mosaico desarrolla diferentes temas geométricos y una cenefa perimetral que dibuja una roleo vegetal en blanco y negro. La representación del nacimiento de Venus no fue muy habitual en los mosaicos de Hispania, señalándose uno en Itálica (Sevilla) y otro en La Quintanilla (Lorca, Murcia).

No se tienen datos del edificio del que formaría parte este mosaico. La decoración de temática marina ha inclinado a pensar que podría pertenecer a una zona termal o relacionada con el agua. Sin embargo, también es posible que pavimentase alguna dependencia de la parte social de una gran domus, como el oecus o el triclinium, reservados para las grandes ocasiones en las que se hacían banquetes y otras celebraciones.

Por lo que respecta a su datación, el mosaico fue fechado inicialmente por A. Balil en el siglo II, aunque el mismo autor propuso después una cronología más tardía, a finales del primer tercio del siglo III, partiendo de la semejanza entre el tocado de la diosa y los peinados femeninos de esa época.