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¡Y tenía corazón! (Anatomía del corazón)

Enrique Simonet y Lombardo (1863-1927).
Óleo sobre lienzo.
177 x 291 cm.
1890.
 

Procedencia

Museo de Arte Moderno

Comentario

Pintor valenciano vinculado al círculo malagueño, tanto por su origen familiar como por su actividad profesional continua. Pensionado en Roma, realiza obras de gran formato y de muy diferente temática. Esta sobrecogedora obra recoge el momento en el que el forense realiza una autopsia a una joven que yace sobre una mesa. El tratamiento realista del tema y su crudeza han hecho que algunos autores encasillen esta pintura dentro del realismo social; sin embargo, la obra también sobresale por su interés por los contrastes lumínicos, el detalle de la representación realista, la rigurosidad anatómica y la experimentación con elementos tan arriesgados como la profundidad del cuadro sugerida por el escorzo de la joven, por lo que debería considerarse como parte de la corriente cientifista que domina el siglo XIX. Simonet no aporta grandes novedades a su pintura, más bien las integra en el cuadro, como el fondo neutro de la habitación, el contrapeso lumínico entre la pared y la ventana, el bodegón que conforman las botellas de formol de distintos colores, rompiendo la monotonía cromática de las tonalidades empleadas en el resto de la pintura. El estudio anatómico del cuerpo de la chica es impecable, así como el tratamiento de su cuerpo en ese escorzo. Pero si hay algo por lo que destaca esta obra es por los contrastes lumínicos de luces y sombras. Se trata en suma de uno de los cuadros más interesantes de este artista, y uno de los más valorados en las colecciones del Museo de Málaga.