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Pieza del Mes. Pithos
26/04/2021
El pasado 7 de abril la arqueóloga Clara Toscano nos habló de una magnífica pieza que conserva el Museo de Huelva en la sección de Arqueología.
El Pithos de Tejada la Vieja (Escacena del Campo).
Durante este mes de abril se ha reiniciado esta actividad en nuestro museo con este pithos, en plural pithoi, procedente de las excavaciones de Tejada la Vieja. Se trata de un un gran contenedor de almacenamiento, un recipiente grande y cerrado utilizado principalmente para el almacenaje de líquidos y grano, aunque su tamaño hizo que en algunos lugares también cumpliera la misión de contenedor funerario. Equivale a nuestras actuales tinajas.
El que nos ocupa, que se pudo reconstruir casi por completo, tiene unas dimensiones de unos 50 cm de altura; 14,5 cm de diámetro en su borde; y un diámetro máximo de 39 cm.
Fabricado a torno en 3 partes bien diferenciadas, tiene tres asas geminadas verticales que se fijan en el arranque del cuerpo y está decorado con bandas paralelas de pintura roja.
El hallazgo de la pieza tuvo lugar en las excavaciones efectuadas en 1974-1975, dirigidas por A. Blanco, donde se excavó un edificio cuyas medidas totales son 19,50 x 16,45 m y que fue interpretado por sus excavadores como un espacio de almacén de 6 habitaciones. De ellas, el pithos se localizó en una estancia de 8,80 x 2,97 m en cuyo interior había infinidad de ánforas -fechadas en el s. V a.C.- junto a gran cantidad de huesos de vaca. El pavimento de esta estancia era de tierra con algunas incrustaciones de lajas de pizarra y cerámica.
Actualmente se considera que este edificio podría tratarse de un área multifuncional relacionada con la producción, consumo y ritualidad del vino. Las razones estriban en los paralelos con otros edificios, como el caso del localizado en el Área B de Pani Loriga (Santadi, Cerdeña), fechado en el s. V a.C., con una distribución, medidas y técnica edilicia casi idénticas; asimismo, por la propia técnica edilicia, más cuidada en éste que en la mayoría de los edificios conocidos del oppidum; por otra parte, sabemos que la existencia de un banco corrido nos indica la posibilidad de que nos encontremos ante un edificio público.
El origen formal del pithos se encuentra en la costa sirio-palestina, donde se utilizaba fundamentalmente como urna funeraria, por ejemplo en sitios como la necrópolis de Al-Bass (Tiro), mientras que son más extraños en ámbito doméstico. Justo lo contrario ocurre en el sur de la península Ibérica, donde habitualmente se asocia a espacios de hábitat, sobre todo para la ápoca en la que fechamos la pieza de Tejada la Vieja. Otra particularidad de los pithos en el sur peninsular es la incorporación de un asa doble o triple de sección circular a partir del siglo VIII a.C., algo característico del Extremo Occidente.
Se trata de una forma muy abundante en el mediodía peninsular, por lo que no es extraña su presencia en Tejada la Vieja (Escacena del Campo, Huelva), pues este enclave forma parte del limitado grupo de oppida de época tartésica y turdetana vinculado con la actividad minero-metalúrgica y cuyo estado de conservación permite el estudio diacrónico del lugar. De hecho, es uno de los mejores ejemplos de urbanismo protohistórico, gracias a su imponente muralla, a la superficie excavada, así como a los datos extraídos de prospecciones superficiales y geofísicas, que nos han permitido contar con una trama urbana de 3 Ha.
Se trata, en definitiva, uno de los sitios arqueológicos más representativos de la provincia de Huelva, resultado de la puesta en valor y la labor de difusión realizada en los últimos años.