El ídolo de El Casullo procede del dolmen homónimo, integrado en el conjunto megalítico de El Gallego-Hornueco, que se desarrolla a lo largo de dos riveras tributarias de la margen izquierda del río Tinto. Es el monumento de mayor tamaño y perceptibilidad paisajística del grupo del Hornueco. Se trata de una galería cubierta orientada al este y contenida en un túmulo oval formado por dos anillos de refuerzo y un relleno de lajas y arcilla. La estructura interna cuenta con dos espacios: el tramo inicial, de fábrica mixta y con altar adosado al sur, que conecta con un atrio con rampa pavimentada; y, el tramo final, que define una cámara ortostática con estela axial. El dolmen fue construido durante el Neolítico Final, registrando su máxima actividad funeraria ca. 3340-2900 cal a.C., cronología acorde a los ajuares funerarios recuperados: vasos, cuencos y platos pequeños cerámicos, láminas talladas, puntas de flecha, geométricos, hachas y azuelas pulimentadas, cuentas de collar, etc.

El ídolo se localizó tumbado sobre el altar, en un espacio liminar de alta significación ritual. Se trata de una figurilla bicónica de cerámica, de apenas 5 cm de altura, y pintada en rojo. Reproduce de forma esquemática una figura femenina en la que se diferencian dos partes anatómicas: torso con pechos y cabeza segmentada mediante dos protuberancias; y, extremidad inferior troncocónica. La pintura roja (óxidos de hierro) aplicada sobre la superficie destaca el contorno de la figura y realza el volumen de los atributos femeninos. Este objeto tuvo un especial valor simbólico, ya fuese una ofrenda consagrada en tributo de los ancestros y/o como material protector de la esfera de la muerte.

La figurilla de El Casullo evidencia rasgos análogos a las falanges oculadas de hueso y, especialmente, con un grupo de figurillas femeninas con pechos modeladas en arcilla procedentes de distintos sitios del sur de la península ibérica: Valencina de la Concepción, Perdigões, Venta del Rapa, Las Angosturas, Terrera Ventura y Montelirio. Sin embargo, el ídolo de El Casullo sobresale por su pertenencia a un contexto funerario colectivo y por ser la única pieza de este tipo en la que se ha detectado la aplicación intencional de pigmentos rojos con fines decorativos.

José Antonio Linares Catela