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Pieza del mes de marzo. Broche de cinturón de la necrópolis de La Joya
En el Suroeste de la Península Ibérica se encuentran abundantes minas, y desde tiempos ancestrales se ha practicado la metalurgia, destacando sobre todo el período de Tartessos (del S. VIII al S. VI a.C.) en el que floreció una alta tecnología de la fundición. Los fenicios introdujeron la técnica de la cera perdida desde el Próximo Oriente, que permitía reproducir piezas plásticas de gran complejidad. Observando las numerosas obras de bronce que han llegado hasta hoy en día, nos sorprenden sus calidades y nos preguntamos ¿cómo se elaboraron?
Es difícil saber con exactitud la técnica empleada en este período debido a la inexistencia de los moldes, que como es lógico se han deshecho dada su fragilidad, aunque sabemos que el material empleado fue la tierra recogida del entorno. Nuestro equipo de investigación está tratando de recuperar dicha técnica, lo que contribuirá a conocer un aspecto de la cultura tartésica. Además, dicha técnica de fundición es sostenible y económica, e incluso se puede aplicar en el arte actual. Por tanto, el objetivo de esta actividad es presentar una hipótesis del procedimiento, desde el modelado en cera, la construcción del molde hasta la fundición en bronce.