Restauración / Conservación
Retablo del Salvador
Retablo del Salvador, hacia 1530
Anónimo sevillano (siglo XVI)
Óleo sobre tabla, 217,8 x 149 cm.
Desamortización (1840)
Esta obra está realizada en un solo soporte de madera de castaño, sobre el que se han pintado ocho escenas, separadas por unas sencillas molduras de madera de cedro clavadas a la obra y doradas. La tabla está compuesta por cinco paneles verticales, a unión viva ¿encolados por su canto- y reforzados con espigas de hierro a media madera y barrotes al dorso, clavados desde el anverso. A la madera se encuentra adherida algo de estopa y una tela que cubre toda la superficie sobre la que se aplicó el aparejo. La técnica utilizada es óleo, y pan de oro para los nimbos y cenefas de los ropajes. La reflectografía muestra la existencia del dibujo subyacente preparatorio .
Los daños sufridos son diversos y de importancia, como el fuerte ataque de insectos xilófagos que ha debilitado el soporte y producido considerables pérdidas de materia. También encontramos varias fendas o rajas naturales provocadas por los movimientos de la madera o por clavos, y las más grandes fueron sujetadas con grapas de hierro. La zona inferior de la Natividad fue mutilada de antiguo y se reforzó toscamente por el dorso con pasta de madera y yeso coloreado, además de sustituir los barrotes debilitados por otros atornillados. Debido a la pérdida de soporte, la capa pictórica muestra una superficie irregular y tiene muchas faltas, más abundantes en la parte inferior, y también mostraba barridos por una antigua limpieza muy agresiva. Estos problemas estaban enmascarados con gruesas capas de estucos y repintes.
Los trabajos comenzaron por la eliminación de toda la capa que enmascaraba el reverso y se procedió a su consolidación, añadiendo en las aperturas chirlatas o pequeñas piezas de refuerzo de la misma madera de castaño, adaptadas a las pérdidas de mayor profundidad.
Se sustituyeron los barrotes por otro sistema de travesaños que no necesitan ser atornillados y mantienen la estabilidad del conjunto. Una vez consolidada la capa pictórica, se eliminaron todas las intervenciones anteriores, tanto de estucos como de pintura y barniz. Posteriormente se estucaron las faltas de policromía y fueron reintegradas cromáticamente. En el caso de las escenas con santo Domingo y la Natividad, se han reintegrado con una tinta plana como criterio de diferenciación, debido a la abundancia de pérdidas.
Restaurado por Alfonso Blanco López de Lerma. Ebanistería: Miguel Domínguez Jiménez. Dorado: Ignacio Bolaños Figueredo.