Restauración / Conservación
Nuestra Señora del Pópulo
Estado inicial
El retablo presentaba numerosos defectos en el vidriado producidos durante su fabricación. (Fig.1). Los azulejos estaban adheridos a un soporte de aglomerado y melamina con una red de polietileno interpuesta para la unión de las piezas al soporte. Como adhesivo se utilizó una masilla de poliuretano reforzada con una pasta epoxídica en algunas zonas, ambas de gran dureza (Fig. 2).
Daños
El retablo cerámico presentaba un aspecto muy deslucido, debido principalmente al envejecimiento de los materiales usados en intervenciones anteriores e intensificado por la acción de los agentes medioambientales (humedad, variaciones bruscas de temperatura etc.), al estar expuesto en una semiintemperie que había provocado la pérdida tanto de las reintegraciones de soporte como las pictóricas.
Presentaba fracturas, pérdida de pasta cerámica y de vidriado, además de numerosas grietas y fisuras. Estos daños se produjeron posiblemente durante las operaciones de arranque, traslado y recolocación, ya que al menos ha cambiado tres veces de ubicación a lo largo de su historia. (Fig. 3)
Algunas de las piezas fragmentadas estaban mal pegadas. Ocurre lo mismo con las lascas de vidriado desprendido que han sido mal colocadas. (Fig. 4). También se aprecia en determinadas piezas que la superficie vítrea está muy rayada y erosionada debido a la acción mecánica de la lija para nivelar las reintegraciones matéricas.
El transcurso del tiempo unido a los agentes medioambientales y a la falta de mantenimiento habían provocado la pérdida parcial de las reintegraciones pictóricas y su alteración cromática sobre todo en los tonos azules muy sensibles a la acción de la luz. Se trataba de unas reintegraciones algo burdas realizadas con una intención mimética simulando la pincelada del autor. (Fig. 5)
El llagueado estaba muy descohesionado con pérdidas en algunas zonas, dejando huecos entre los azulejos y presentaba suciedad superficial de contaminación atmosférica, polvo, y depósitos adheridos de diferente naturaleza.
Tratamiento
El objetivo ha sido garantizar la conservación integral del retablo cerámico, mejorar su estado material, el sistema de montaje y la recuperación en la medida de lo posible de su estado original. Se han eliminado las piezas cerámicas perimetrales modernas restableciendo las dimensiones originales del panel. La intervención se ha realizado bajo criterios de reversibilidad de la ejecución, compatibilidad de los materiales y discernibilidad de la reintegración.
Las labores previas han consistido en la numeración y etiquetado de las piezas, la elaboración de croquis de despiece, la protección de la superficie vítrea y el desmontaje del panel cerámico.
La intervención se ha desarrollado en tres fases: Desmontaje de los azulejos del panel de madera, proceso de restauración y montaje en nuevo soporte. La extracción de los azulejos se acometió desde el reverso procediendo a la eliminación mecánica del panel de aglomerado, adhesivos, malla y mortero de cemento. (Fig. 6). Se ha retirado el engasado y limpiado de la superficie vítrea para eliminar las intervenciones anteriores envejecidas y defectuosas, unido los fragmentos y lascas desprendidas y despegado las reconstrucciones defectuosas, sólo en los casos en que no se fueren a dañar las piezas y reintegrado por el anverso las pérdidas de vidriado con un mortero fino teñido en masa ajustado el color a la zona circundante. Finalmente se ha aplicado un barniz acrílico para protección de las lagunas y lograr un aspecto parecido al brillo cerámico.
Se ha realizado el montaje en el nuevo soporte tipo sándwich, panel de fibra de vidrio y celdas de aluminio, dividido en cuatro partes para facilitar su montaje y desmontaje. Las piezas se han fijado al panel con un adhesivo adecuado, ajustando las piezas siguiendo el dibujo ornamental. Posteriormente estos paneles se han colocado en un nuevo marco de acero inoxidable mediante tornillos con la idea de que sean desmontable en caso de ser necesario. (Fig.7).
Restauradoras: Mireya Albert Astolfi, Elena Martínez Piazza y Carmen Riego Ruiz