Las Colecciones

Obras Singulares

Atrás

Santiago el Mayor

José de Ribera (Játiva, 1591 - Nápoles, 1652)
Santiago el Mayor, hacia 1634
Óleo sobre lienzo, 120 x 97 cm
Donación González Abreu (1928)

Procedencia

Colección González Abreu. Sevilla

Comentario

La mayor parte de la vida de Ribera transcurrió en Nápoles bajo la protección de los virreyes españoles. En la formación de su estilo y sensibilidad fue fundamental la influencia italiana. Sus primeras obras le atestiguan como seguidor de Caravaggio, cuyo naturalismo tenebrista caracterizará su estilo que también se vio enriquecido por el clasicismo romano-boloñés y el pictoricismo y colorido venecianos. Son numerosos los testimonios que se conservan de las pinturas que realizó de figuras aisladas de santos, como esta serena y equilibrada de Santiago Apóstol. Sorprende esta obra por la sabiduría en el uso de la luz y el potente modelado de seguro dibujo en cuyo dominio debió de ser fundamental su excelente maestría como grabador.

La sobriedad compositiva de esta obra concentra la atención sobre los elementos esenciales del cuadro mientras que densas pinceladas recrean las calidades de la materia. Aparece el santo de tres cuartos, mirando de frente directamente al espectador. Está representado como apóstol, con barba, túnica, el palio o manto apostólico y llevando el libro de los evangelios en la mano. La rotunda figura destaca con su manto rojo, sujeto con la concha de peregrino, sobre un fondo neutro en el que el espacio apenas está sugerido por un poyete que aparece en la parte inferior izquierda. De gran sobriedad  compositiva, concentra la atención en las expresivas manos, el sereno y equilibrado semblante  y el libro, elementos esenciales en los que la pincelada densa recrea las calidades de la materia y subraya los efectos de luz a los que presta particular atención.

Imagen en alta resolución (Google Arts & Culture)