Obras Singulares
Santa Ana enseñando a leer a la Virgen
Juan de Roelas (? hacia 1558/59 - Olivares, Sevilla, 1625)
Santa Ana enseñando a leer a la Virgen, hacia 1610
Óleo sobre lienzo, 230 x 170 cm
Desamortización (1840)
Procedencia
Comentario
Se trata de una obra procedente de la Iglesia del Convento de la Merced Calzada de Sevilla, donde según Ceán Bermúdez se situaba junto a la puerta lateral de la iglesia que actualmente es la sala V del museo de Bellas Artes de Sevilla. En 1810 figura entre las obras pertenecientes a José Bonaparte en el inventario
del Alcázar de Sevilla y en 1840 aparece en el primer inventario del museo atribuida a Herrera el Mozo, autoría que se mantuvo hasta el catálogo de 1897 en el que ya aparece como obra de Roelas.
Hoy no se discute la atribución a Roelas de esta obra, que Valdivieso sitúa hacia 1610-1615, basada tanto en los aspectos técnicos y estilísticos como en los comentarios que realizara su contemporáneo Pacheco en el Arte de la Pintura. El insigne tratadista tras alabar la destreza de Roelas con el colorido, realiza una pormenorizada descripción de la pintura de Santa Ana enseñando a leer a la Virgen, para desanimar después a los pintores en el uso de esta escena que no condena, pero que considera inadecuada pues ¿llegar exteriormente a tomar lección de su madre arguye imperfección y denota ignorancia de aquello que se le da¿. Respecto a las dudas en la atribución hay que tener en cuenta que el mal estado de conservación y las numerosas intervenciones a las que había sido sometida la pintura, habían alterado elementos de la composición original e incluso rasgos tan característicos como la fisonomía de los personajes.
El esquema compositivo en diagonal presenta la figura sedente de Santa Ana de edad madura presentando un libro a la Virgen que se inclina atenta para su lectura. María es una niña ricamente ataviada con túnica rosa bordada en oro y piedras preciosas y manto azul cuajado de perlas y estrellas. Se adorna también también con joyas como la corona, pendientes, collar y anillo, atributos de una belleza exterior espejo de la espiritual. A sus pies sobre una mesita hay una pequeña cesta con dulces y bajo el cajón entreabierto con encajes y labores, figuran un perro y un gato. En la parte inferior una cesta con ovillos y el cojín de bordar, completan el muestrario de interés por el pormenor cotidiano y elementos de naturaleza muerta que proporcionarían tantos logros a pintores sevillanos posteriores como Zurbarán.
El tema de Santa Ana se inspira en los Evangelios Apócrifos y aunque su devoción no estuvo muy extendida, experimentó un resurgimiento en los siglos XVII y XVIII en su representación de Maestra, tanto por su dimensión intimista como por el modelo de santificación del aprendizaje buscado por la sociedad ilustrada. En Sevilla fue utilizado por destacados artistas de la época de Roelas como Martínez Montañés o Murillo. Angulo señala a Roelas entre los precedentes iconográficos de la obra de Murillo, que se inspira tanto en la representación de la Santa como en los detalles anecdóticos del costurero y las telas. La escena es más sencilla, desaparecen elementosnaturalistas de origen veneciano como el gato o el perro ysin embargo resulta más natural, más delicada e intimista en surepresentación.
María del Valme Muñoz Rubio: Juan de Roelas, Grandada, Consejería de Cultura, 2008, pp.170-172.
Imagen en alta resolución (Google Arts & Culture)