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Anunciación

Alejo Fernández ( h. 1475 - Sevilla, 1545)
Anunciación, hacia 1508
Pintura sobre tabla, 72 x 49,5 cm
Desamortización (1845)

Procedencia

Monasterio de San Isidoro del Campo. Santiponce. Sevilla

Comentario

Fue Alejo Fernández el pintor más significativo en Sevilla en las primeras décadas del siglo XVI. A esta ciudad llegó en 1508 llamado por el cabildo de la Catedral desde la ciudad de Córdoba, donde era ya una pintor de prestigio. Artista de origen alemán, su obra aporta, por tradición y formación, la influencia nórdica pero su interés por los artistas italianos y, tal vez, su conocimiento directo de los realizado allí lleva su pintura hacia elementos italianos. En él se encuentran resumidas así las características que marcaron nuestra pintura a lo largo de las primeras décadas del siglo XVI. Ésta fluctuó constantemente entre el influjo del norte de Europa y la progresiva introducción de elementos italianizantes.

Compone el pintor la Anunciación de una manera rígida utilizando la columna central como elemento divisor de mucho peso en toda la escena. La presencia de Italia en la composición de esta tabla se pone de manifiesto en la perspectiva, compuesta de modo riguroso. La centra en los elementos principales, la Virgen y el ángel, y utiliza las líneas de fuga para obtener el efecto de profundidad deseado. Para la realización de este escenario recurre el autor, como ya hizo notar Angulo Iñiguez, al grabado de ruinas arquitectónicas de Prevedari, inspirado por Bramante, que Alejo Fernández tuvo presente en varias de sus composiciones.

El dibujo general de la obra y especialmente en el caso del ángel y de la Virgen está trazado de modo muy preciso y a la vez definido de manera delicada. El color es igualmente grato, con especial atención en el caso de la túnica del arcángel San Gabriel, de un delicado tono azul. El paisaje, de ascendencia también italiana, es reflejo de esa influencia citada frente a los que encontramos en el arte flamenco que conoce por su origen nórdico. Escenario profundo, montañoso, en el que vuelven a aparecer elementos arquitectónicos renacentistas, como la logia que ha situado a la izquierda y otros más difuminados en el fondo, pero de indudable origen italiano, como el castillo que encontramos a la derecha.

No está documentada la fecha de realización de esta tabla, sólo las similares características que esta Anunciación tiene con otras obras tempranas de Alejo Fernández, pueden aportar alguna referencia cronológica. Obras como el Tríptico de la Cena del Pilar de Zaragoza y las escenas de la Flagelación del Museo de Bellas Artes de Córdoba y del Museo del Prado, tienen parecida preocupación por las arquitecturas y la perspectiva, de modo incluso más acentuado que en la Anunciación. Son estas obras de la etapa cordobesa de Fernández, anterior a su llegada a Sevilla en 1508, por lo que dadas las similitudes la tabla del Museo de Sevilla debe ser de fechas cercanas. Hay que tener en cuenta, además, que en sus primeras obras documentadas en Sevilla, las que realiza para el retablo mayor de la catedral, este interés por arquitecturas y espacio han pasado ya a un segundo plano, frente a la preocupación por la figura humana.

En varias ocasiones pintó Alejo Fernández el motivo iconográfico de la Anunciación, bien en una sola obra o formando parejas con dos pinturas independientes. Así ocurre con el retablo desaparecido de Villasana de Mena, provincia de Burgos, realizado en Sevilla entre 1508 y 1517. Vuelve a recurrir en esta tabla al uso de un escenario arquitectónico renacentista, menos pesado que el de la tabla del museo, en el que destaca la imagen de la Virgen, realizada con escasas variantes en la pose. Así mismo se conserva en la catedral sevillana una pintura anónima de la Anunciación, que se ha venido relacionando con el taller de Alejo Fernández, en la que se aprecian semejanzas en la cabeza de la Virgen y el ángel. 

Debió de existir una escena de la Anunciación entre las tablas del retablo mayor de la Catedral de Sevilla tal como sugiere Palomero. Entre las tablas conservadas se han señalado las diferencias en la concepción espacial al renunciar en ellas al espacio arquitectónico tan presente en las obras anteriores. A pesar de esta diferencia genérica es clara la similitud del ángel de la Anunciación con el de la escena del Abrazo en la Puerta Dorada o de la cabeza de este con la de la doncella que aparece junto a Santa Ana en la escena del Nacimiento de la Virgen.

Ignacio Hermoso Romero: Diálogo entre dos colecciones. Musée Goya de Castres. Museo de Bellas Artes de Sevilla, Caja Duero, 2006, p. 63.

Imagen en alta resolución (Google Arts & Culture)