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Los improperios de Cristo

Los improperios de Cristo, hacia 1580-1600
Taller de Jacobo Bassano (Bassano del Grappa, 1510 - 1592)
Óleo sobre lienzo, 65,5 x 110 cm
Legado testamentario de José Rogelio Buendía Muñoz, 2022 

 

Aunque no existe documentación que acredite la autoría de la obra, esta se corresponde con las que salieron del taller de la veneciana familia Bassano. Tuvieron un importante taller, iniciado por Jacobo da Ponte, que permaneció activo a través de varias generaciones durante 70 años lo que, unido a su amplia producción y a la gran difusión que sus obras tuvieron por Europa a través de copias de diferente calidad, dificulta las atribuciones. 

La obra es una versión de otro lienzo perteneciente a la colección de las Gallerie Accademia de Venecia,  aunque con algunos cambios en los colores empleados como se ve en el personaje de espaldas que aparece arrodillado delante de Cristo o  en la composición que aparece aquí más despejada por tener un formato más alto. Aunque la obra veneciana se encuentra atribuída a Jacobo Bassano, tampoco está claro que no sea de taller o incluso una copia. Debió de ser composición apreciada ya que se conservan otras versiones como la que se se subastó en la casa de subastas italiana Pandolfini, en 2016 catalogada como de taller. En el museo neoyorkino The Metropolitan Museum of Art se encuentra el dibujo preparatorio de la cabeza de Cristo y del sayón con el brazo levantado que aparece tras él. 

La pintura representa un momento concreto de la pasión de Cristo, en el que los soldados y sayones se burlan e insultan a Jesús tras ser coronado de espinas. Como es frecuente en la obra de los Bassano en su interpretación de este tema, la composición se enriquece con personajes y elementos anecdóticos como la mujer de espaldas del extremo izquierdo o el perro recostado junto a ella. El dramatismo de la acción se acentúa al suceder en un interior lúgubre del que destacan iluminadas desde la izquierda, las figuras principales que forman un compacto grupo que marca una clara diagonal al inclinarse todos ellos en la misma dirección.

La obra perteneció al poeta sevillano Adriano del Valle quien lo regala a Rogelio Buendía Manzano y María Luisa Muñoz de Vargas, padres del donante, con motivo de su boda en 1922.