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Aparición de la Virgen a San Jacinto

Pedro de Raxis (Alcalá la Real (Jaén),1555 - Granada, 1626).
Óleo sobre lienzo.
291 x 210 cm.
Hacia 1600.

Procedencia

Convento de Santa Cruz la Real, Granada.

Comentario

La expresión del éxtasis místico, del arrobo contemplativo ante las apariciones celestes, es un elemento esencial en la cultura del Barroco español y responde casi siempre a un esquema de origen italiano boloñés, repetido con insistencia: los ojos del santo favorecido se alzan hacia la visión celeste que aparece en un ángulo superior del lienzo. Esta escena, ágil composición en diagonal del pleno barroco, aparece dividida en dos zonas: en el ángulo inferior derecho la terrenal, donde San Jacinto se presenta con apariencia cotidiana; y en el ángulo superior izquierdo la celeste, desbordada por luces angélicas y presidida por la Virgen con el Niño sobre una plataforma de nubes. Dominico de noble origen polaco, San Jacinto (1185-1257) debe su fama a los especiales favores de la Virgen. Cuando Kiev, donde era prior, fue asolada por los Tártaros, atravesó las líneas enemigas con una imagen de la Virgen en una mano y un cáliz en la otra. En agradecimiento, la Virgen se le apareció con el Niño en brazos prometiéndole interceder ante su Hijo. San Jacinto fue canonizado en 1594, ¿sería su canonización lo que dio pie a la realización de esta pintura? Estilísticamente, esta obra supone un importante avance en la producción de Pedro de Raxis, liberadas ya sus figuras de cierto hieratismo aún visible en obras anteriores. La madurez de técnica y la rica gama de tonalidades empleadas en esta pintura se hace hoy evidente tras la intervención de consolidación y limpieza realizada en 1998.