ÁNGELES ORTIZ, Manuel (Jaén, 1895-París, 1984).

Hacia 1958.
Gouache y papel verjurado.
2350 x 1045 mm.
Ingreso por compra, 2003.

Tras 32 largos años de ausencia, en 1957, Manuel Ángeles Ortiz regresa a Granada, ciudad a la que, a pesar de la distancia, no había olvidado. El retorno supone para el artista un reencuentro con los paisajes, los jardines, la arquitectura y la luz de la tierra en la que pasó su infancia y juventud, en la que se inició en el arte y en la que entabló amistad con personajes tan relevantes como Lorca o Falla.

Artísticamente maduro, inicia su etapa más fecunda, y comienza dos series de tema granadino que suponen un punto culminante dentro de su producción: los "Albaycines" y los "Paseos de cipreses".

Estos últimos, se enmarcan siempre en la conocida avenida de los cipreses del Generalife, en la que los árboles, el cielo y el camino se reducen a grandes formas triangulares que confluyen en un poderoso punto de fuga. Destacan asimismo, las vibrantes texturas y colores, el negro y grueso perfil de los contornos y el alargamiento del formato escogido, que acentúa la verticalidad de los cipreses.

Pese al concienzudo ejercicio de síntesis geométrica, el juego cromático y, sobre todo, el lumínico, que varía según las horas del día o los cambios estacionales, no hacen sino reforzar el lirismo y dramatismo de la composición. Así podemos observarlo, en este caso, en las afiladas sombras de los cipreses que se proyectan en la tierra bajo el sol de mediodía.

A partir de este periodo no solo se agudiza la simplificación formal en la que Ángeles Ortiz venía ahondando tiempo atrás, sino también la creación seriada y la diversificación de medios.

El autor, tras una profunda reflexión e investigación, realiza, de forma múltiple y continuada, innumerables variaciones e interpretaciones de un mismo tema, sobre el que podrá trabajar durante años e incluso décadas, hasta creerlo agotado. Empleará para tal fin diferentes técnicas, -como la pintura, el dibujo, el grabado o el collage-, materiales, -como el óleo, el gouache o el papel recortado-, y soportes -como el lienzo, la tabla o el papel-, para experimentar con sus posibilidades expresivas.

Todo ello se plasmará en numerosos "Paseos de los cipreses", de los que el Museo de Bellas Artes de Granada alberga dos estampas y cuatro pinturas, como el presente gouache sobre papel, adquirido por la Junta de Andalucía a los herederos del artista en 2003.

La obra destaca por su calidad y estilo particular, y por ser representativa de la revolución personal y creativa que desencadenó el reencuentro de Manuel Ángeles Ortiz con la ciudad nazarí, a la que reconoció como fin y razón fundamental de su pintura.

© Manuel Ángeles Ortiz, VEGAP, Madrid, 2021.