Juan Luis Zambrano (Sevilla, c. 1595?-1639)
Óleo sobre lienzo
195 x 111,5 cm.
c. 1600
CE2274P

Juan Luis Zambrano llega desde Sevilla en un momento en el que Córdoba se encuentra sumida en un vacío artístico tras la desaparición de figuras relevantes como Pablo de Céspedes o Juan de Peñalosa.
El tratamiento de los arcángeles de forma individualizada será un tema preponderante en los talleres de pintura andaluza del último cuarto del sigo XVI, en especial a partir de la aparición del repertorio de estampas Angelorum Icones, de origen flamenco. Sin embargo, el Arcángel San Gabriel es representado en esta obra vestido a la romana. Debemos ponerlo en relación directamente con el cuadro, hoy perdido, de la Anunciación de Tiziano, pintado para la Capilla Real de Carlos V en Aranjuez. Este lo conocemos gracias a un grabado, lo cual refuerza la hipótesis de que el arcángel de Zambrano pudo ser compañero de una Virgen arrodillada que completaría la escena.