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Buenas mujeres para ser caballos

Ginés Liebana

Siglo XX. 1979

Medidas: 50x62'5 cm

Acrílico sobre tabla

CE2570P

 

Procedencia

Donación del artista

Comentario

Aunque nació en Jaén, Liebana se estableció muy pronto en Córdoba. Aquí destacó como artista vinculado al Grupo Cántico, nucleo de poetas aglutinado en torno a Ricardo Molina, cuya revista ilustrará habitualmente, como también lo hiciera Miguel del Moral. 

En la década de 1960 se traslada a Madrid, donde destacó principalmente como retratista de personajes singulares del entorno cultural. Su obra plástica destaca por estar llena de referencias renacentistas y un marcado acento surrealista, de corte racionalista, que es resutado de aplicar la fantasía irónica sobre un ambiente general de contenido literario, en pro de la consecución de una atmósfera de signo preciosista y efectista. Estos elementos también hacen acto de presencia en sus ensayos y poesías. 

Buenas mujeres para ser caballos es un ejemplo de lo característico del trabajo de Liebana. Se trata de una obra de componente paisajístico, en la que el autor juega con la ironía acerca de lo masculino y lo femenino a partir de un asunto tan cordobés como lo es la Plaza del Potro: el autor sitúa en su centro a un potro con cabeza de mujer tocada con sombrero decorado de flores, a su lado un balaustre, la taza superior y el remate del Potro de la fuente de la plaza. En el lateral izquierdo, sobre el arbusto, una especie de mirador de madre, y bajo este una calavera coronada y una figura alegórica. 

Se obverva una técnica muy minuciosa, típica del pintor; y el uso de colores suaves de tonos pastel.