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Espada ropera

Forja, acero.
127,5 x 26 x 15 cm.

Siglo XVII.

Procedencia

Colección González Abreu. Sevilla.

Lugar de producción: Alemania.

Comentario

Espada ropera con guarnición de lazo, provista de dos placas de reducido tamaño, gavilanes rectos formando cruz, hoja ancha y acanalada en su primer séptimo.
En el primer cuarto de la hoja aparece grabado "IL SCACCHI".

Desde su aparición, la espada ha estado en continua evolución, tanto en su forma como en la manera de usarla. En el siglo XVI, la punta de la espada se convierte en el elemento más eficaz al caer en desuso la cota de malla a favor del arnés de placas de acero. La hoja se estrecha y es reforzada por varias mesas, apareciendo en la zona contigua a la espiga una región con la anchura y grosor primitivos del acero, que recibe el nombre de recazo, donde suele hallarse la marca del espadero.

Con la transformación de la espada, la esgrima pasó de depender fundamentalmente de la fuerza del brazo, a basarse en la destreza. La espada utilizada a diario se hizo más manejable, al poseer una hoja más estrecha, y fue conocida en España con el nombre de "espada ropera" (la "rapiere" francesa).

Durante el siglo XVI, un brazo del arriaz (puño) se curva dirigiéndose hacia el pomo formando el guardamano, y poco a poco las guardas de mano se multiplican dando un aspecto de lacería a la guarnición, debido a lo cual estas espadas se conocen con el nombre de espada de lazo, propias de finales de siglo. Posteriormente, para proteger mejor la integridad de la mano en el combate, se comenzó a reforzar la base de la guarnición mediante placas perforadas, al principio de pequeño tamaño, y que con el transcurso de los años fueron aumentando en detrimento de los gavilanes. Esta espada pertenece a esa tipología, con guarnición de lazo y pequeñas placas perforadas.

Durante la Guerra de los treinta años (1618-1648), proliferó una espada conocida como "Pappenheimer", en la que las placas o conchas eran de gran desarrollo, y aún conservaba los gavilanes. En España, las conchas o veneras fueron incrementando su tamaño formando guarniciones de dos conchas, lisas o cinceladas, unidas por gavilanes, que se denominan, en la literatura especializada, guarniciones de transición a la cazoleta.

En la primera mitad del s. XVII apareció la espada de taza o cazoleta, que poseía guardamano, dos gavilanes rectos formando cruz con la hoja y la taza o cazoleta, en cuyo interior se hallaban las patillas de sujeción y, en muchos casos, una placa calada. Tanto en España como en las zonas bajo su influencia, el borde superior de la taza estaba doblado hacia fuera con el objetivo de ser empleado como rompepuntas de la espada adversaria.

En general, pueden encontrarse espadas con tres patrones de taza: calada, cincelada con adornos y la lisa, siempre con la empuñadura alambrada. La construcción de espadas de taza se extendió en España e Italia hasta el s. XVIII.

Las hojas de las espadas del s. XVII solían presentar una o varias acanaladuras en su tercio superior, donde se grababa el nombre del espadero, el lugar de fabricación y a veces la fecha. El número de mesas era variable, existiendo hojas con sección ovalada o romboidal. En la segunda mitad del siglo, se extendió la hoja de verduguillo, larga, estrecha y de sección cuadrangular o triangular.

Los centros más destacados de la producción espadera eran Solingen en Alemania, Passau en Francia, Milán en Italia y Toledo en España.

Hay que señalar la dificultad con que nos encontramos para atribuirles el lugar de fabricación, ya que se labraron en los centros citados con pocas diferencias de estilo. En Solingen, se reprodujeron muchas de las hojas toledanas, incluidas sus marcas e inscripciones, replicadas generalmente con deficiente ortografía. Incluso en las armas netamente españolas hemos de ser precavidos con las marcas a la hora de adjudicarles un autor. Para fijar con mayor credibilidad la autoría de una hoja, ha de examinarse la marca estampada en el recazo o espiga. También ha de advertirse que no son raras las espadas que tienen la hoja de un país y la guarnición de otro, como muchas que tienen hoja toledana y guarnición milanesa.

Esta pieza está expuesta en la sala IX de la planta semisótano.