La otra Cartuja


Desde los primeros inicios de la fábrica, constan en sus tarifas la producción de letras y números para la nomenclatura y numeración de calles y casas, así como tierras blancas y aluminosas para otras fábricas de cerámica. Algo más adelante se añadió a la producción el material de alfarería: tejas, ladrillos y losetas. A partir de 1862 se introduce en la producción de La Cartuja algún material sanitario y desde 1907 también se conoce la producción de piezas para farmacias, para industrias de cosmética, para hospitales, para institutos del ejército y estatales, para colegios y para establecimientos comerciales como pastelerías, restaurantes, fondas, de toda Andalucía pero también del resto de España y de las antiguas colonias españolas: Filipinas, Cuba, y otros países iberoamericanos. Muchas de estas piezas se caracterizan por estar reforzadas pensando en su uso frecuente y solían llevar grabado el anagrama del cliente o la empresa.

Asimismo se continúa con la producción de placas de rotulación, lápidas para enterramientos y objetos para conducciones eléctricas, redes telefónicas, telégrafos y pararrayos. Este tipo de producción se mantuvo prácticamente hasta 1930, fecha en la que empezó a decaer significativamente hasta su desaparición en 1940.

Rótulos y placas. Catálogo de producción de 1896
Rótulos y placas. Catálogo de producción de 1896

Detalle de placa con iniciales y escudos. Segunda mitad del s. XIX
Detalle de placa con iniciales y escudos. Segunda mitad del s. XIX