La fábrica en el siglo XIX
Historia de la fábrica de cerámica Pickman-La Cartuja
Pickman copió, en la medida de lo posible, la estructura de industrias similares inglesas. A él se debe la organización del trabajo por tareas que a su vez se distribuían en talleres vinculados a las distintas fases del proceso productivo. Otra de las características señaladas de este modelo fabril fue la instalación de viviendas de los operarios en el entorno de la fábrica, lo que facilitaba el control social y laboral de los mismos por parte de los propietarios y capataces.
En 1851 se amplió la sociedad admitiéndose nuevos socios aunque Pickman mantuvo su representación cercana al 50% durante ese tiempo. Los socios planearon en 1865 convertir la empresa en Sociedad Anónima de Acciones pero, por desacuerdos en cuanto al proyecto empresarial, la sociedad se liquidó y repartió en 1866. En dicho reparto, Pickman en solitario se quedó con la fábrica de La Cartuja así como con los utensilios y accesorios y continuó, junto a su hijo Ricardo, con la fabricación de cerámica bajo la misma razón social. Fue éste el periodo de mayor expansión comercial de la empresa y en el que empieza a ganar prestigio en el mercado nacional e internacional, obteniendo una serie de medallas y premios en exposiciones por toda Europa que prestigiaron la marca y ayudaron a dar a conocer su producción no solo a la clientela nacional sino también a los consumidores extranjeros.
Las primeras medallas las consiguió en la Exposición Pública al Mérito en las Artes en 1850 en Madrid y en la Universal Society for the Encouragements Artisanal Industries de Londres en 1851 y más adelante, en París en 1857 y 1878, en Filadelfia en 1876, en Viena 1873, en Madrid en 1907, etc. Rápidamente esta circunstancia pasó a detallarse en los sellos que identificaban la producción de la fábrica y se constituyeron como un elemento de publicidad.
Con motivo de la disolución de Pickman y Cía. en 1866, Demetrio de los Ríos elaboró un plano, informe y valoración del monasterio que es un documento indispensable para conocer la estructura de la fábrica en el siglo XIX. El análisis no fue favorable para la empresa: la mala distribución de las instalaciones redundaba en la necesidad de mayor mano de obra y ocasionaba grandes traslados de las piezas entre los diferentes talleres.
En 1883 murió el fundador de la fábrica, Carlos Pickman, y desde ese momento quedó como única propietaria su viuda, aunque como gerentes de la misma aparecen sus dos hijos, Ricardo y Guillermo y uno de sus yernos, y con ellos la fábrica continúo funcionando bajo la misma razón social, Pickman y Cía. La avanzada edad de Mª Josefa Pickman y la muerte del hijo mayor, Ricardo, provocaron la división del capital entre los herederos y la constitución de una sociedad mercantil anónima: Pickman S.A. en 1899. Este proceso coincidió con el cenit de la expansión de la empresa, cuando mayor cantidad y variedad de producción se elaboraba y vendía.
A todos aquellos que deseen conocer más en profundidad la historia de la fábrica, recomendamos consultar el magnífico trabajo de Beatriz Maestre titulado La Cartuja de Sevilla. Fábrica de cerámica, que generosamente nos ha facilitado gran parte de la información histórica que se ofrece en esta aplicación.