La colección
La formación de la colección histórica de la Cartuja no respondió a un interés patrimonial por recoger y documentar la producción completa de la fábrica, sino más bien a intereses comerciales y de representación de la propia empresa y por ello se centró en las piezas que tenían un carácter más suntuario y exclusivo. El resultado es que relativamente pocas piezas se conservan de algunas de las líneas productivas de La Cartuja, como las vajillas más modestas de loza de pedernal, enseres relacionados con el aseo o con otros aspectos domésticos, o piezas fabricadas para el mundo de la industria, las comunicaciones, la construcción, etc.
En 1895 Demetrio de los Ríos describe la existencia de un salón de exposición de la producción de Pickman y se detalla que se presentaban allí las vajillas modestas y de lujo para servicio de mesa así como las piezas conservadas por su valor artístico como un museo de la fábrica y que tenía por finalidad la de servir de muestrario permanente. A medida que pasó el tiempo se fueron seleccionando claramente las piezas de mayor valor artístico, las realizadas por encargo y muestras de piezas premiadas en ferias internacionales. Si bien es cierto que la existencia de este salón de exposición es una de las causas que ha posibilitado la conservación de un gran número de piezas de carácter artístico, también es la causante de la visión parcial que a veces se tiene de la producción de Pickman-La Cartuja, ya que la parte de la producción de la fábrica que tenía un carácter más modesto y funcional está muy poco representada a pesar de que tuvo un gran impacto social y empresarial.
Parte de esta colección fue depositada en el Museo de Artes y Costumbres Populares en 1973 y desde 1984 puede ser contemplada por el público en su exposición permanente. Otra parte del conjunto permaneció en las instalaciones de la nueva fábrica desde 1982, primero almacenada y a partir de 1992 mostrada en exposición permanente aunque también fue llevada a distintos destinos en forma de exposición temporal para servir de reclamo comercial a la empresa. Finalmente, tanto una colección como otra fueron entregadas al Estado en 1996 en concepto de pago en dación de deudas contraídas por los sucesivos propietarios y aunque permanecen físicamente en Andalucía en instalaciones museísticas de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, están adscritas como colección estable al Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid.
Casi tan importante como las piezas, el archivo histórico de la fábrica que se ha conservado prácticamente entero, refleja la variedad de la producción y la expansión de la empresa. Esta documentación permite reconstruir la parte que no ilustra la colección. Además de la documentación administrativa, la correspondencia, fotografías, inventarios, etc., está formado por álbumes de dibujos, tarifas de precios y cuadernos de diseños que recogen la gran mayoría de las líneas de producción de la empresa a lo largo de los años. Este archivo hoy se custodia en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla.