El ajuar doméstico
La primera vez que se documenta la producción de piezas de aseo y para tocador es en 1850 pero, al igual que ocurre con la cerámica artística, la participación de la fábrica en varias exposiciones universales tuvo como consecuencia que se ampliara la producción de objetos domésticos como escribanías, benditeras, candelabros, pureras, cajas para distintos usos, macetas, floreros, etc. En estos casos, los motivos decorativos siguen las mismas pautas y tendencias que las que se aplican a la llamada cerámica artística, mientras que las piezas destinadas al aseo personal: aguamaniles, palanganas, baños de pie, bidés, cubos, jaboneras, escupideras, orinales, etc., participan más de los programas decorativos propios de las vajillas.
Desde 1933 las piezas se fabrican en loza feldespática y se abandona la loza china opaca y la loza de pedernal al no ser rentable su elaboración pero la producción de este tipo de objeto cada vez fue menos variada e importante hasta desaparecer prácticamente en la década de los 50. La producción experimentó un ligero repunte a partir de la década de los 60 y 70.