Plato servilletero
Loza fina a molde, estampada y vidriada
3,7 x 24,4 Ø cm
Entre 1932 y 1965 (datación según sello)
N° Inv.
MNAD: CE46412. Fábrica: 1970
Descripcion
Plato servilletero circular, correspondiente a la forma "Ochavada" con decoración estampada en color negro que muestra en su centro una vista imaginaria de inspiración occidental, en la que se representa un jardín en cuyo fondo aparece un conjunto arquitectónico con varios edificios con torres y con un pórtico de inspiración clásica, sobre los que destaca en primer término, un estanque con cisnes y una gran fuente rococó con surtidores. Por su parte el ala, se ornamenta con cuatro vistas arquitectónicas idénticas entre las que se alternan escarapelas florales con cinco pinjantes en la base y cinco corolas en el remate sobre retícula de rombos rayados.
En el reverso del plato puede verse estampado en negro el sello de la fábrica de la Cartuja, en este caso formado por un águila con las alas extendidas que remata un doble círculo rodeado de roleos y ramas de laurel, en cuyo interior puede leerse "PICKMAN S. A. / LA / CARTUJA / DE / SEVILLA". Bajo el escudo, aparece anotado el motivo decorativo representado "VISTAS".
El modelo de vajilla "Ochavado", según señala Beatriz Maestre se utilizó también en otras fábricas como Sargadelos, La Amistad de Cartagena y La Asturiana de Gijón. Se cree que es el único que se ha reproducido desde los comienzos de la fundación de la fábrica, continuando hasta nuestros días. Aparece representado en el catálogo de 1896 y en tarifas de los años 1907, 1915, 1927, 1929, 1933, 1952, 1974, 1981 y 1984. Actualmente se sigue elaborando en La Cartuja.
En cuanto a la decoración, la serie de Paisajes y Vistas Urbanas que se reproduce en este plato, se considera como una de las más emblemáticas y conocidas de la producción de la fábrica de la Cartuja, convirtiéndose en gran medida, gracias a su éxito y gran difusión, en su seña de identidad. No en vano se ha mantenido ligada a la fábrica durante toda su historia, al estar presente desde sus inicios, tal y como se refleja en los primeros libros de tarifas que se conservan.
Estos diseños, que podían representar paisajes reales o imaginarios, copian las vajillas que se producían en Inglaterra y que a su vez plasmaban motivos de inspiración oriental, con el fin de imitar las piezas de porcelana china que la Compañía de las Indias Orientales importaba desde las colonias. Uno de estos primeros diseños, fue el motivo Willow o Sauce, introducido probablemente por Thomas Milton a finales del siglo XVIII y adoptado por otras fábricas como Spode y Wedgwood, extendiéndose posteriormente también a las otras manufacturas de la región de North Staffordshire. (Para más información sobre el modelo Willow ver ficha de catalogación CE47219).
Con el paso del tiempo, estos paisajes chinescos evolucionaron, dando lugar a las vistas imaginarias orientales y occidentales a las que se hace referencia. Estas escenas, son herederas de la generación de paisajistas franceses y holandeses que trabajaron durante siglo XVII. En concreto la obra de Claude Lorrain (1600-1682), que muestra una visión nostálgica de un paisaje apacible e idílico, se convirtió en un referente, en un modelo a imitar, en una fuente de inspiración, para la multitud de seguidores que este pintor francés tuvo en Inglaterra. Los paisajistas ingleses llegaron incluso a transformar paisajes verdaderos de su país, para adaptarlos a la manera de Lorrain. Este tipo de pintura, calificada con el término de "pintoresca", se aplicaba tanto a los paisajes y vistas en los que se representaba castillos en ruinas y puestas de sol, como a aquellos otros que ponían en valor las sencillas bellezas naturales en las que podían mostrase barcazas de pescadores o molinos de viento. A finales del siglo XVIII y durante todo el romanticismo, el paisaje se convierte en un vehículo de expresión de los sentimientos y emociones. Surge entonces el jardín-paisaje, compuesto y concebido para sugerir y reflejar estados de ánimo, lo que supuso un impulso para este género que dejó de ser considerado un arte menor, convirtiéndose en una variedad apreciada y muy en boga durante todo el XIX.
La mayoría de las fábricas nacionales decoraron sus vajillas con vistas de arquitecturas imaginarias, siendo Sargadelos, durante su tercera época, (1845-1870), la primera fábrica que introdujo esta serie, inspirándose en un modelo concreto de la fábrica Copeland y Garret y que fue también el adoptado posteriormente por la Cartuja. Las vistas occidentales, pese a las pequeñas variaciones de los distintos modelos, responden a un repertorio común, en el no suelen faltar los jardines con fuentes y jarrones en primer término, las cascadas entre arboledas, los edificios en la lejanía, los pabellones o ruinas con escalinatas que descienden hasta un río, los puentes y las barcazas o los personajes ataviados de época. Completan generalmente su decoración con una orla con motivos florales que se alternan con óvalos de nuevo ornamentados con pequeñas vistas imaginarias, inspiradas en las realizadas por Copelan & Garret en el modelo "Venice" entre 1833 y 1847.
El "Negro vistas" aparece recogido en el Álbum de dibujos y adornos del año 1885, comercializándose en vajillas para 12 y 8 comensales por 320 y 200 pesetas respectivamente, además de utilizarse también para adornar los surtidos de mesa, en este caso por 120 pesetas. Esta serie se utilizó para decorar vajillas estampadas de loza común y china opaca y actualmente se sigue reproduciendo en loza feldespática y serigrafía. Este mismo decorado fue empleado por la fábrica La Asturiana de Mariano Pola y Cía en Gijón. (EHO)