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Jarra de Castril

Vidrio, soplado a molde.
Altura, 25 cm.; diámetro, 10 cm.
Edad Moderna, siglo XVIII.

Procedencia

Castril, Granada.

Comentario

Jarra de vidrio verde amarillento, con dos asas y decorada con aplicaciones de vidrio en forma de aves y cadenas. El horno vidriero de Castril surge entre 1490 y 1507 como fundación de Hernando de Zafra, señor de Castril, que fue secretario de los Reyes Católicos y que en uno de sus viajes contactó con la producción vidriera de Barcelona. Vio entonces la conveniencia de instalar uno semejante en Castril. Se ubicó en un pequeño taller al lado de la casa que hizo construir la familia señorial, hoy "Posada del Pilar". La explotación del horno se hizo en régimen de arrendamiento a un socio industrial de garantía que pagaba un canon. La situación geográfica privilegiada de Castril permitía contar con los recursos naturales necesarios para mantener una industria de vidrio: abundante madera procedente de los bosques locales, cerro de arena silícea que domina la población con un caudaloso río de montaña que lo erosiona, y la barrilla, planta silvestre, que tras su combustión se convertía en sosa, como fundente imprescindible. En Castril sólo se utilizó sodio, y las propias cenizas de la leña, en la fusión de la sílice. Los productos de Castril, que llegaron a todos los rincones de Andalucía hasta el cese de la producción en 1878, eran los propios de una vidriera industrial: frascos, botellas y garrafas, todos ellos destinados a usarse y romperse en el trasiego de cocinas, almazaras o bodegas; aunque en ocasiones, tal vez con motivo de exámenes de aprendices u oficiales, o de hacer algún obsequio, se confeccionaban bellos y fantásticos objetos llenos de pinzados, rizos, filamentos, festones, cordones, anillas.