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La carrera tecnológica

Recorrido por los avances tecnológicos de nuestros antepasados cordobeses

(Por Francisca López Garrido, Jefa del Departamento de Difusión del Museo Arqueológico de Córdoba)

 

Ofrecemos un recorrido a través de los avances tecnológicos experimentados por el hombre en su devenir histórico, verdadero motor del proceso evolutivo de la historia de la humanidad. Gracias a ellos hemos llegado a ser lo que somos. Surgieron cuando se dieron las condiciones para que el primer homínido dejara de utilizar los materiales que le ofrecía la naturaleza y empezara a transformarlos para hacerlos más eficaces al uso destinado. El primer utensilio manipulado por el hombre fue un objeto de piedra tallada. Punto de partida de una carrera tecnológica que se inició en este momento remoto de la prehistoria y que aún está en marcha. 

Embárcate con nosotros en un recorrido que te transportará hacia los principales logros técnicos experimentados por nuestros antepasados cordobeses, materializados en objetos que se ofrecen en nuestro museo. Cada uno de éstos contiene una interesante información que nos será desvelada, referida no sólo a los procesos técnicos que los generaron, sino también a las consecuencias económicas, sociales y culturales que de ellos se derivaron. 

Acompáñanos en esta trepidante carrera.

Comienzo de la carrera. El Paleolítico. Técnica de la piedra tallada

La presencia del hombre en el territorio en el que se ubicaría nuestra ciudad se documenta en los albores de la prehistoria. Las terrazas fluviales del Guadalquivir debieron acoger grupos de cazadores nómadas que encontraban en esta zona su sustento vital. Eran  predadores y consumían los productos que le ofrecía la naturaleza, dedicándose a la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres. Para ello, utilizaban toscos útiles de piedra que aprendieron a transformar aplicando una técnica muy rudimentaria, consistente en golpear unas piedras con otras más resistentes hasta conseguir filos cortantes, al principio en una de sus caras (cantos unifaciales), después en ambas caras (bifaces), más efectivas para la acción a la que se destinan. Al principio se usa como materia prima la cuarcita, que irá sustituyéndose por el sílex, que consigue filos más cortantes y una mayor diversificación de formas. Estos utensilios son cada vez más complejos y variados, apareciendo también instrumentos de hueso, objetos de adorno personal y las primeras representaciones artísticas sobre placas de piedra.

Neolítico. Técnica de la piedra pulimentada

En torno al VI-IV milenio a.n.e comienzan a darse las condiciones para el desarrollo de la economía productora: la domesticación de animales y los primeros cultivos controlados de plantas. La sociedad de cazadores y recolectores del Paleolítico ha evolucionado hacia una sociedad de ganaderos y agricultores. El cambio es de tal magnitud que se habla de Revolución Neolítica. Revolución tecnológica sin precedentes que trajo consigo cambios en los modos de producción y en la sociedad: sedentarización de los grupos humanos, cambios en las actividades económicas y en las relaciones sociales. Estos cambios tuvieron su reflejo en la cultura material. Se diversifican los útiles empleados para tareas cada vez más complejas. Se continúan utilizando útiles de sílex, pero aparecen con más frecuencia herramientas de hueso y de piedra pulimentada, técnica más evolucionada que produce objetos más afilados, duraderos y resistentes. Lo que supuso un nuevo paso adelante en nuestra particular carrera tecnológica.
 
El nacimiento de la cerámica

Es el principal avance tecnológico del Neolítico. Su descubrimiento supuso un cambio revolucionario al permitir la manipulación de la forma de un objeto para adaptarlo a los usos a los que va destinado, surgidos de las nuevas prácticas económicas. Esto permitió mejorar las condiciones de vida, al facilitarse el transporte, almacenaje y cocción de los alimentos. La primitiva técnica cerámica característica de nuestra zona es la incisa y a la almagra, cuyo ejemplo más destacado es el vaso cerámico de la Cueva de los Murciélagos (Zuheros). Su técnica de elaboración consiste en modelar el barro fresco, manualmente, hasta darle la forma requerida, siendo después  decorada con incisiones geométricas y posteriormente cocida en un hoyo excavado en la tierra, y que, finalmente, se sumergía en una arcilla rojiza que impermeabiliza el recipiente y le confiere el característico tono rojizo que la identifica. Este importante avance es al mismo tiempo causa y efecto de los cambios económicos y sociales que se produjeron: sedentarización, aumento de la población, ocupación de nuevos territorios,  aparición de los primeros núcleos de población estable, sociedad más jerarquizada, primeros intercambios de excedentes...

El descubrimiento de la metalurgia: El Calcolítico

En torno al III milenio a.n.e. tuvo lugar el descubrimiento de la metalurgia, otro de los hitos revolucionarios de la historia de la humanidad, por los adelantos técnicos que su uso supone y por sus consecuencias económicas, sociales, territoriales y culturales. El descubrimiento de las posibilidades que ofrece el metal fundido para la fabricación de útiles  revolucionará los modos de producción económica. El uso del metal irá relegando a los útiles de piedra pulimentada. El cobre será el primer metal usado para para fabricar utensilios, por ser muy abundante en la naturaleza y requerir bajo punto de fusión. El desarrollo de la industria del cobre se debió a la evolución del horno de la cerámica, al alcanzar los 1000ºC necesarios para la fusión del metal. Su técnica de fabricación consistía en someter el metal, una vez extraído con picas y mazas de la mina, a altas temperaturas en unos recipientes de piedra o cerámica denominado crisol para, una vez fundido, ser vertidos en un molde de piedra con la forma del objeto que se quería obtener y que finalmente se remataban con técnicas complementarias como el martilleo o pulimentado. Las puntas de flecha de este momento tienen una morfología característica y se denominan Puntas de Palmela, relacionadas con el uso del arco o jabalinas para actividades de caza o defensa.

La necesidad de proveerse de estos metales generará un mayor control territorial y la aparición de los primeros caminos o vías de comunicación estables, que articularán el territorio y promoverán el desarrollo de la urbanización, surgiendo los primeros asentamientos estables. La generalización de las relaciones comerciales entre distintas culturas es otro de sus efectos, la interculturalidad, siendo el ejemplo más destacado la expansión de la cerámica campaniforme, de gran calidad técnica, que alcanzará extraordinaria difusión, una de las piezas de parada obligatoria en nuestro recorrido tecnológico.  

Las aleaciones de metales. La Edad del Bronce 

En torno al II milenio a.n.e. se producirá otro cambio tecnológico de gran relevancia: aparecen aleaciones de varios metales de mayor resistencia y aptitud en la fabricación de utensilios. La mezcla de cobre y estaño dará lugar a un nuevo material: el bronce, más resistente, lo que supone un nuevo avance tecnológico con importantes cambios económicos y sociopolíticos. Con este metal se fabricarán puntas de flecha, alabardas, hachas, destacando la Espada de Palma del Río.

La búsqueda de metales promoverá, en torno al I Milenio a.n.e. la llegada de pueblos colonizadores a las áreas del sudeste peninsular, donde se estaba desarrollando la denominada Cultura del Argar, característica del Bronce Pleno. De esta zona del sudeste andaluz empiezan a llegar influencias a nuestra provincia, provenientes de sociedades más evolucionadas que ya conocen la escritura. Es por lo que a los pueblos de esta etapa del Bronce Final podemos integrarla ya en la denominada Protohistoria. Es en este momento cuando se documenta en nuestro solar cordobés la existencia de un núcleo urbano estable, situado en el espacio en el que hoy se extiende la barriada del Parque Cruz Conde. La Colina de los Quemados será el primitivo núcleo urbano de Córdoba, situado estratégicamente junto al río Guadalquivir, dedicado a la producción y comercialización de los recursos mineros de la  sierra cordobesa y agrícolas de la campiña.

Una de las piezas destacadas del Bronce Final es la Estela de Ategua, que representa en su decoración grabada la imagen de un carro, mostrando avances técnicos en los sistemas de transportes. Esta es la más antigua representación de un medio de transporte que se expone en el Museo, que nos revela la importancia del comercio y el transporte para los pueblos autóctonos, en contacto ya con sociedades más evolucionadas (fenicios y griegos) como atestiguan algunas piezas que se muestran en este sector de la exposición (un peine de marfil, una pátera ática y un ungüentario de origen posiblemente fenicio). Estas culturas mediterráneas introducirán, mediante intercambios comerciales, las influencias básicas que sentarán las bases de la primera civilización hispana: la cultura ibera.

Avances técnicos aportados por las culturas mediterráneas. La cultura ibera  

El mayor desarrollo cultural de la sociedad ibérica será una de las consecuencias del contacto con estos pueblos colonizadores que nos aportaron, además del alfabeto, nuevos avances técnicos como la fabricación de la cerámica a torno, que supuso la realización de objetos cerámicos de mayor calidad y la generalización de sus producciones con técnicas industriales. La introducción de la metalurgia del hierro supuso otro gran avance, al permitir la fabricación de piezas más resistentes, generalmente para uso bélico. Han llegado a nosotros gran cantidad de material armamentístico: puntas de lanzas, regatones de lanzas, glandes como proyectiles de honda, puntas de espadas, falcatas... Lo que revela la existencia de constantes enfrentamientos entre las sociedades de este momento histórico y el tratarse de una industria, la armamentística, que desde muy antiguo se relaciona con la investigación científica y el desarrollo tecnológico.


Avances tecnológicos aportados por la cultura romana        

Durante el período de dominación romana, grandes avances tecnológicos llegaron a nuestro territorio, inmerso en el proceso de romanización que lo integró plenamente en el universo cultural romano. Surgen y se desarrollan numerosos centros urbanos, según un modelo planificado, desarrollándose al mismo tiempo una red viaria que articulará la totalidad de su territorio, dividido administrativamente para facilitar su control y explotación económica. En el ámbito urbanístico, las ciudades romanas acogían edificios de varios pisos, calles pavimentadas, alcantarillas, cisternas, retretes públicos, ventanas de vidrio y calefacción en suelos y paredes. Algunos descubrimientos técnicos de esta época se perdieron en la Edad Media y no se recuperaron hasta época contemporánea.

Los romanos fueron grandes ingenieros, construyendo edificios monumentales (templos, teatros, anfiteatros, circos) obras hidráulicas (fuentes, acueductos, baños públicos), puentes... Como atestiguan los vestigios del Teatro Romano de Colonia Patricia Corduba, que estuvo en funcionamiento desde el S. I al S. IV, que  se muestran en la planta sótano del edificio de ampliación del museo. Construcciones como éstas fueron posibles gracias a la introducción de innovaciones técnicas como el empleo de grúas y andamios, el uso de grandes sillares de piedra (opus cuadratum) y de un material constructivo, muy resistente, parecido al hormigón (opus caementicium). También gracias al uso generalizado de mármoles para el embellecimiento urbano, sobre todo desde el reinado de Augusto, cuando nuestra ciudad se transformó, erigiéndose en capital de la más romanizada provincia romana, experimentando un proceso de monumentalización solo comparable al de Roma. Muestra de ello es la destacada colección de capiteles (jónico, corintio y compuesto), entre otros elementos arquitectónicos (cornisas, frisos, ménsulas) y escultóricos (togados, esculturas femeninas, retratos) que embellecieron la ciudad.

Los avances en el transporte y las comunicaciones favorecieron el comercio. Las ánforas (vinaria y olearia) muestran la importancia de los intercambios comerciales entre la Bética y Roma, realizados normalmente en barcos, para lo que hubieron de adaptar su forma para facilitar su transporte. Reflejan la importancia del Mare Nostrum  y del río Betis, navegable entonces hasta Córdoba, causa determinante del pujante desarrollo comercial de nuestra ciudad.  El relieve de la recogida de aceitunas es representativo de las innovaciones tecnológicas en industrias productoras o transformadoras como los molinos de aceite, las almazaras, una de las principales industrias tecnificadas de la época. 

Las innovaciones técnicas no sólo afectaron a las grandes construcciones, sino también a las casas, a la vida cotidiana. La tecnología doméstica experimentó grandes avances durante la época romana. Uno de éstos afectó al sistema de calefacción de las casas, la iluminación, para lo que se fabricaron las lucernas, un invento que requiere el uso del aceite de oliva, producto obtenido en las numerosas almazaras de la época.

En cuanto a los objetos de uso cotidiano, los romanos introdujeron costumbres, modas y objetos desconocidos hasta entonces en nuestro territorio. En el procedimiento de fabricación de objetos de vidrio, se introduce un método novedoso, que aún utilizamos en nuestros días: el vidrio soplado, que sustituyó a otras técnicas rudimentarias tradicionales. La técnica consiste en soplar por un extremo de un tubo hueco la masa de vidrio fundido compuesta de arena de sílice, sosa y cal junto con el óxido correspondiente al color que se le quería dar. Al soplar, el vidrio se transformaba en un globo al que se le daba forma y decoraba. Otra variedad era soplar contra un molde la masa, obteniéndose así su forma. Con esta técnica se consiguió la fabricación en serie de estos objetos, abaratándose el coste y ampliándose el repertorio de formas y tamaños. Fueron muy usados para el servicio de mesa (jarrasvasos, copas, orzas, urnas cinerarias), para el tocador femenino (ungüentarios, cuencos) también destinados a ajuares funerarios y ritos religiosos.

Las técnicas cerámicas también experimentaron avances en su fabricación. La terra sigillata, empleada a partir de Augusto, sustituyó a la cerámica campaniense usada durante el período republicano. Su técnica consiste en el uso de engobe rojo y barniz previo a su cocción, lo que le da el característico color rojizo brillante. Es el tipo de cerámica más destacado durante el imperio romano, relacionada con la vajilla de lujo de uso generalizado en las viviendas. Otra variedad cerámica recibe su nombre de la delgadez de las paredes de los recipientes, cerámica de paredes finas, cuyo exterior puede recibir formas decorativas muy variadas: burilado, puntillado, incisa, pulimentada, rugosa, aplicaciones arenosas, aplicaciones de barbotina y engobe, exponiéndose una muestra representativa.

El tocador femenino de las clases más elevadas romanas está formado por un conjunto de objetos destinados al aseo personal. El espejo es el elemento más destacado, que se consigue puliendo una superficie metálica, especialmente de cobre. Otros elementos destacados del tocador romano son los ungüentarios, destinados a contener perfumes y ungüentos en recipientes de alabastro, vidrio, cerámica o metal; cucharitas para mezclar los ungüentos y perfumes; alfileres para recoger el pelo, realizados en hueso. En cuanto a la joyería, destacan los adornos (collares, anillos) que contienen perlas y que nos ilustran sobre unas técnicas que alcanzarán un gran desarrollo durante la época visigoda y musulmana.

Avances tecnológicos en la época andalusí

Al-Andalus fue la puerta de entrada en Europa de numerosos avances científicos procedentes de Oriente. Algunas ideas científicas se aplicaron en el desarrollo de ingenios hidráulicos que favorecieron el desarrollo económico de nuestra ciudad: construcción de norias fluviales, ruedas hidráulicas, aceñas, azudas y molinos usados para el regadío y que justifican la importancia del agua en la cultura andalusí. Tecnología hidráulica, que se encuentra en la base del desarrollo económico de al-Andalus, por la puesta en regadío de nuevas tierras. Una de las piezas relacionadas es la Pila de Al-Runmaniyya, muestra  de la expansión urbanística de nuestra ciudad en época califal. Córdoba será la capital de al-Andalus,  generando un espectacular desarrollo urbanístico que desbordará el núcleo urbano, surgiendo otros barrios extramuros (arrabales) rodeados por una zona suburbana de casas de recreo (almunias) en un conglomerado urbanístico, planificado, que convirtió a nuestra ciudad en la gran metrópoli del occidente islámico.

El proceso  de islamización se manifiesta en la uniformidad de algunas soluciones arquitectónicas (empleo de columnas y pilares, cubiertas abovedadas, arcos de herradura, apuntados, polilobulados, sillería a soga y tizón...) y de las técnicas decorativas. La arquitectura islámica recoge, sintetiza y difunde los procedimientos constructivos de los pueblos conquistados. Suelen utilizar materiales deleznables (ladrillo, madera, barro y yeso) tratados con técnicas decorativas para conseguir el efecto de riqueza y monumentalidad. Este carácter efectista se aplicará a los muros, revestidos con materiales duros e impermeables, como la cerámica vidriada o el estuco y decorados con yeserías, que enmascaran la estructura original del edificio y lo cubren de profusa decoración de temática vegetal (atauriques) o de carácter geométrico (lacerías). Las basas y capiteles también serán decorados con motivos vegetales, siguiendo novedosas técnicas de cincelado y trepanado, que le confieren gran delicadeza.

El mundo artesanal andalusí experimentó grandes avances. Se desarrolló el  trabajo del metal, especialmente de bronces,  fabricándose elementos de uso doméstico como jarroscandiles, braserillos y pebeteros, que conocerán un incremento de su producción en época califal y almohade. También se promoverá la aplicación de la cerámica a partes de los ingenios hidráulicos, como los cangilones de las norias y los brocales, elemento común en los patios típicos de Córdoba que destacan por su profusa decoración, pese a tratarse de elementos funcionales para la extracción del agua de los pozos.

Los avances científicos y tecnológicos llegaron también a la vida cotidiana de al-Andalus. La técnica del vidriado es uno de los avances más destacados, a pesar de que ya era conocida en el mundo romano. Tenía una función decorativa y una función práctica, pues con esta técnica se conseguía la impermeabilización total de la pieza. El tipo de vidriado utilizado era el denominado vedrío plumbífero, conseguido al mezclar sulfuro de plomo con arena y sal, donde se sumergen los objetos antes de pasar al horno donde se evapora el agua, quedando el objeto con una cubierta vítrea. El sílice de la arcilla se fusiona con el óxido de plomo creando una superficie vidriosa que puede adoptar distintas tonalidades si se mexcla con otros óxidos. La tonalidad verdosa se obtiene añadiendo óxido de cobre y el color melado con óxido de hierro. Con esta técnica se elaboran objetos domésticos (jarras, candiles, ataifores, ollas, redomas, tazas)

Una variedad de esta técnica en época califal es la cerámica verde y manganeso, sello de la dinastía omeya que tenía su centro productor y distribuidor en Madinat al-Zahra, desde donde se extendió por todo al-Andalus. Fue otra de las influencias orientales traídas por los pueblos árabes. Hasta  su aplicación no existía la posibilidad de policromar las piezas. La innovación consiste en pintar líneas de dióxido de manganeso, polvo que al cocerse adquiere un color negro o morado y cuya función es la de separar las áreas coloreadas e impedir que se mezclen los dos colores usados: el verde, obtenido con el óxido de cobre y el blanco con plomo, sílice y dióxido de estaño. Es lo que se denomina la tecnología del color. Decorada de esta forma la pieza, se sometía a una nueva cocción que la vitrificaba. Esta técnica tiene también un significado simbólico, el verde representa el color del Profeta, el blanco el de la dinastía omeya y el negro el de la autoridad califal. Con esta técnica se elaboraron objetos de uso doméstico (ataifor, botellas, biberonesjarras).

Otra técnica de decoración cerámica utilizada es la cuerda seca, en la que la separación de los motivos decorativos esmaltados de diversas tonalidades se realizan a base de líneas con una mezcla de aceite de linaza, manganeso y materia gorda para evitar la mezcla de colores durante la aplicación del cocido. Ofrecemos una muestra representativa de este tipo decorativo (un bacín, un candil).

El culmen de la perfección técnica de la cerámica medieval hispana es la de reflejos metálicos o de loza dorada. Técnica decorativa que requiere un complejo proceso de fabricación al requerir una nueva cocción para obtener el reflejo metálico, que se consigue con una mezcla de sulfuro de plata, cobre y bermellón o mercurio con óxido de hierro. Se muestra un cuenco de este tipo decorativo, aplicado y difundido a partir del S. XI, con destacadas manifestaciones en el arte nazarí.

La orfebrería también experimentó avances durante la época andalusí, donde convergen dos influencias: la tradición hispanovisigoda y la del Mediterráneo oriental. Se instauraron nuevas técnicas como la filigrana y el granulado, presentes en las arracadas y en los esencieros que conforman los principales objetos de lujo para adorno personal. La técnica consiste en la incorporación sobre dos planchas finas de oro de un granulado de pequeñísimas esferas de oro que perfila los motivos decorativos de la pieza, rellenos con motivos de filigrana formados por finos hilos del mismo metal. Con estas y otras técnicas decorativas se conseguían delicadas joyas (collares, pulseras), que ensalzan los numerosos tesoros que alberga el Museo.

 

     

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