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Botella de los Músicos

Cerámica decorada mediante la técnica "verde y manganeso".

Altura,  24,5 cm.; diámetro máximo, 17 cm.

Época califal, siglo X.

Procedencia

De la Calle Alfonso X el Sabio, Córdoba.

Comprada en 1950

Comentario

Botella o limeta de cuerpo panzudo sobre repié anular y cuello alto y estrecho con estrangulaciones en la boca. Es de barro rojizo, lleva vidrio de plomo sobre un engobe blanco y la decoración es verde de óxido de cobre y negruzco de óxido de manganeso. La decoración se centra en la franja central, donde aparecen una serie de figuras dispuestas de manera horizontal. Todas son personajes masculinos y en su mayoría barbados, que dirigen su mirada hacía un elemento central. La figura más clara, a la izquierda, representa a un músico sonando un cuerno o albogue, una especie de trompeta. La figura contrapuesta representa a otro personaje barbado que parece sostener un elemento curvo, posiblemente un pandero (adufe). Detrás de la primera figura aparece otro hombre sentado, barbado y con un turbante cónico que mira a los músicos. A su lado, otro personaje con barba y turbante sostiene en su mano una larga vara con un elemento diagonal de difícil interpretación. Más al fondo se percibe una figura imberbe que porta un instrumento musical que parece de viento. Una octava figura representa a un juglar o saltimbanqui realizando una pirueta. La presencia de figuras humanas en el arte andalusí está constatado desde época califal, ya que, aunque los preceptos religiosos desaprueban la representación figurativa, fue muy habitual sobre todo en representaciones para espacios privados. La música fue una de las actividades de ocio más difundidas en época andalusí a partir de los abasíes, floreciendo en la mayoría de las cortes musulmanas.