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Dolmen de Viera / Cueva de los hermanos Viera / Cueva Chica

Tiene aproximadamente 4.500 años y fue descubierto en 1903 por los hermanos Viera, aunque está documentado su conocimiento, al menos, desde el siglo XVI.

Descripción Tecnica

El dolmen de Viera puede considerarse un sepulcro de corredor que estaría formado por un largo pasillo, segmentado por dos tramos, al final del cual se dispone una cámara de planta cuadrangular, a la que se accede a través de una puerta perforada, en la que eran depositados los cadáveres y sus ajuares.


Edificado, como Menga, con técnica ortostática (grandes bloques de piedra), tiene un recorrido de algo más de 21 m si tenemos en cuenta los datos aportados por la excavación de su acceso, longitud que puede ampliarse a más de 22 m hacia el exterior teniendo en cuenta la dimensión de la losa de cubierta de la cámara y la que probablemente tuviera cubriendo su acceso exterior.


Su anchura inferior media, bastante regular, oscila entre 1,30 m en sus tramos iniciales y 1,60 m en el tramo final correspondiente a la cámara. Cada lateral del sepulcro debió estar formado por 16 losas de las que se conservan 14 en el lateral izquierdo y 15 en el derecho. La cabecera está compuesta por una sola losa. De la cubierta se conservan 5 losas y fragmentos de otras dos, puede suponerse la existencia de 3 o 4 losas más, desaparecidas en la actualidad. La altura interior media del sepulcro es poco más de 2 m.


La piedra procede de una cantera situada a unos 500 m de distancia, en el actual barrio de Los Remedios. Hay que destacar en el dolmen de Viera la perfección con la que están cortados los bloques de piedra. Para cortarlos los hombres y mujeres prehistóricos aprovecharon las grietas naturales introduciendo en ellas cuñas de madera o de piedra, para después jugar con el contraste del agua fría y caliente sucesivamente provocando la dilatación y fracturación. A continuación se seguían clavando las cuñas cada vez más profundas hasta obtener el bloque de piedra. Estas losas eran sometidas luego a un proceso de cincelado para su adaptación y encaje en el lugar correspondiente.


El traslado, tarea complicada teniendo en cuenta el volumen de estos bloques de piedra, se presume que se realizó mediante un sistema de raíles, dispuestos con grandes troncos de madera, sobre los que se situaban otros en sentido contrario a modo de rodillo, untados con grasas animales. De esta forma conseguirían aligerar notablemente el peso. Trabajaba toda la comunidad, hombres, mujeres y la fuerza animal, tirando con fuertes cuerdas y de modo organizado. No deja de sorprendernos el enorme esfuerzo destinado a ello. En este sentido se recomienda ver el audiovisual Menga. Proceso de Construcción que se proyecta en el Centro de Recepción.

Comentario

En el sepulcro de Viera se recuperaron algunos artefactos que pudieron haber sido parte de los ajuares allí depositados. Concretamente, nos referimos a un cuenco de cerámica, un vaso de piedra, un punzón de cobre, varias hojas y pequeñas herramientas realizadas en sílex (taladros y raspadores) y varias hachas en piedra pulimentada.


El dolmen se cubre con un túmulo (montículo artificial) de 50 m. de diámetro, estando orientado a levante, ligeramente hacia el sureste (acimut de 96º), por lo que sigue los patrones estándar europeos. Esto posibilita que en los amaneceres de los equinoccios de primavera y otoño los rayos del sol inunden su cámara sepulcral. 

 

Propiedad

En abril del año 1966 el cabildo municipal acordó la adquisición de los terrenos colindantes a los dólmenes (con excepción de lo ya adquirido por el Estado) de Menga y Viera para su conservación, protección y adecentamiento. Dicha adquisición constaba de tres parcelas, propiedad de Ramona, Socorro y Francisco Vegas Carmona.

 

En el Pleno del Ayuntamiento de Antequera celebrado el 11 de enero de 1996 se resuelve ceder los terrenos donde se ubican los dólmenes de Menga y Viera (Campo de los Túmulos) y el edificio sede (Llano de Rojas) a la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía.