Las Colecciones

Las dos secciones del Museo de Málaga tienen unas colecciones de un origen muy diverso. Hoy día, el Museo de Málaga conserva en conjunto más de 15.000 piezas, entre objetos arqueológicos y obras artísticas.

La colección permanente de la Sección de Bellas Artes se ha configurado a partir de tres grandes bloques: los objetos procedentes de los depósitos realizados por la Academia de Bellas Artes de San Telmo; los depósitos realizados por los Museos del Prado y el actual Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (titulares de los extintos Museos de la Trinidad y Museo Nacional de Arte Moderno); y las donaciones particulares de artistas y coleccionistas privados. 

Desde su creación, en 1915, el museo ha contado con la donación de importantes colecciones, como las realizadas por los artistas Antonio Muñoz Degrain (1916), Rafael Murillo Carreras (1916), José Denis Belgrano (1916) y José Nogales Sevilla (1935), a las que se han unido los depósitos de la Academia de Bellas Artes de San Telmo, coleccionista de un rico patrimonio artístico desde su formación en 1849 hasta el momento.

Las adquisiciones del Estado adscritas al Museo de Málaga forman, desde 1933, un compacto grupo de piezas. Por su parte, la Junta de Andalucía, que gestiona el museo desde 1984, también ha desarrollado una activa política de adquisiciones, centradas en la búsqueda e incorporación de piezas importantes para completar las lagunas existentes, así como en la creación desde 1986 de una colección de arte contemporáneo malacitano y andaluz.

La procedencia de las colecciones de la Sección de Arqueología es heterogénea, siendo los fondos del antiguo Museo Loringiano los que tienen un mayor sentido originario. Este museo nació a partir de un descubrimiento excepcional ocurrido en unos tejares de la zona de el Ejido de Málaga en 1851: la Lex Flavia Malacitana y la Lex Salpensa. Los Marqueses de Casa-Loring fueron incorporando piezas adquiridas en distintos puntos de Andalucía, pero  fundamentalmente en el entorno de Málaga. Asimismo, recogieron dos importantes colecciones del siglo XVIII, la del Marqués de Valdeflores y la cordobesa de Pedro Leonardo de Villacevallos.

El otro núcleo importante de los fondos de esta sección viene representado por los descubrimientos realizados en las excavaciones de la Alcazaba de Málaga, en especial las realizadas entre los años 30 y 40.  De esta procedencia son los fondos de cerámica verde y morada, loza dorada y cuerda seca, así como las series decorativas en yeserías, piedra y madera, que conforman una excepcional colección de arqueología hispanomusulmana. También son importantes las intervenciones del Instituto Arqueológico Alemán en la provincia, sobre todo en establecimientos fenicios de la costa oriental, que aportaron un abundante material arqueológico, procedente de yacimientos como Trayamar, Toscanos, Jardín o Morro de Mezquitilla. 

Las excavaciones sistemáticas promovidas a partir de los años 70 por arqueólogos del propio museo o de la Universidad de Málaga también han aportado materiales de interés procedentes de las ciudades  romanas de Lacipo (Casares), Acinipo (Ronda), o Suel (Fuengirola), o de los yacimientos del Teatro romano de Málaga y del Cerro del Villar (Málaga), por citar algunos.

Finalmente, la legislación promulgada en los años 80 para la protección del patrimonio arqueológico ha condicionado los fondos que nutren el museo, con el predominio actual de piezas procedentes de las excavaciones de urgencia realizadas en el conjunto histórico de Málaga,  en lugares en su mayoría predeterminados por el planeamiento urbanístico.