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Inmaculada Concepción (La Colosal)

Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1617 - 1682)
Inmaculada Concepción (La Colosal), hacia 1650
Óleo sobre lienzo, 436 x 297 cm
Desamortización (1840)

 

Procedencia

Convento de San Francisco. Sevilla

Comentario

Murillo pintó esta obra por encargo de los franciscanos, grandes defensores de la devoción de la Inmaculada Concepción de María desde la Edad Media. 

Recibe el nombre de la Colosal por sus grandes proporciones ya que se realizó para ser colocada sobre el arco de la capilla mayor, a gran altura y distancia del espectador. Con las manos unidas, la Virgen dirige la mirada hacia abajo acentuando la sensación de profundidad de quien la contempla. El buscado efecto de movilidad espacial de carácter barroco se consigue a través de dos diagonales: la que forman la luna con la nube y los ángeles y la del vuelo del manto. 

Murillo estableció un nuevo tipo iconográfico para esta representación, vistiendo a María con túnica blanca y manto azul,  en composiciones de gran dinamismo, caracterizadas por un resplandeciente fondo dorado y el acompañamiento de una gloria de ángeles revoloteando.