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Asunción de la Virgen

Juan de Valdés Leal (Sevilla, 1622 - 1690)
Asunción de La Virgen, hacia 1670
Óleo sobre lienzo, 315 x 200 cm
Desamortización (1840)

Procedencia

Convento de San Agustín. Sevilla

Comentario

La Asunción de la Virgen es una obra compleja compositivamente. Una clara diagonal que parte de la zona inferior derecha, en la que tres ángeles que se encuentran sobre el sepulcro muestran el sudario y el cinturón, llega hasta la cabeza de la Virgen. Desplaza al grupo principal a un lado dividiendo la composición en dos registros que reciben un tratamiento completamente diferente. En el terrestre la Virgen es elevada a los cielos impulsada por varios ángeles mancebos que, en arriesgados y forzados escorzos, vuelan en círculos transmitiendo gran fuerza ascensional y movimiento a la obra. En el celestial, más vaporoso y tenue, Jesús resucitado señala con elocuente gesto la corona y un cetro para coronar a María mientras un grupo de ángeles músicos tañe sus instrumentos para engrandecer y subrayar más aún ese momento apoteósico de júbilo.

A la energía y solidez del grupo principal se contrapone lo etéreo y delicado; al impulso, la quietud; a la pincelada enérgica y cargada de color, la ligereza y los tonos suaves, en un modo de contrastar que Valdés utilizó a menudo. Los toques de colorido de los ondulantes paños de los mancebos que sirven de base a la Virgen en amarillo, malva y rojo tienen su correspondencia en los de los músicos de los mismos colores. Estas figuras están definidas fundamentalmente por rápidas pinceladas blancas animadas por el rosado de las carnaciones, pinceladas concisas y breves pero muy expresivas, como las de las transparencias de los velos sobre la cabeza de María o del ángel que se encuentra rezando sobre ella, o las amplias y enérgicas de la túnica de la Virgen. Llama la atención lo anecdótico de los dos angelitos que, llenos de vitalidad, juegan bajo el vuelo del manto de María.

 

Imagen en alta resolución (Google Arts & Culture)