Las Colecciones

Propuestas de recorrido

Un recorrido "completo" por el museo conlleva un itinerario necesariamente cronológico, comenzando en el Paleolítico Inferior y terminando en la Edad Media con los materiales árabes y mudéjares. Se suele emplear alrededor de dos horas en una visita tranquila siguiendo este itinerario...

El museo propone además una serie de recorridos por áreas temáticas, de especial interés para aquellos visitantes que no dispongan de ese tiempo o que deseen hacer una visita más pausada o centrada en aspectos concretos de las colecciones.

El primero de estos recorridos nos lleva a las salas de Prehistoria, donde se encuentran los interesantes materiales procedentes del yacimiento de la Edad del Cobre de Valencina de la Concepción: objetos de cerámica, piedra, cobre y hueso; que deben fecharse entre el año 2.500 y el 2.000 a.C. Sin olvidar el conjunto de ídolos, caracterizados por sus grandes ojos en forma de soles, que son considerados como las más antiguas representaciones, en nuestro suelo, de la divinidad.

Todas estas piezas fueron halladas en excavaciones realizadas en estructuras de habitación y en estructuras de enterramiento, como los grandes monumentos funerarios, que todavía hoy pueden visitarse y que además podrán analizarse con detenimiento en el mismo museo gracias a la maqueta de uno de ellos que se presenta en sala.

En el ámbito de la Protohistoria contamos con dos grandes áreas, separadas espacialmente, pero íntimamente unidas en su discurso. La primera de ellas ocupa parte de la planta sótano y en ella destacan las vasijas de bronce de La Angorrilla y El Gandul o los delicados marfiles de Carmona.

La segunda área, en la planta primera, la constituye la Sala monográfica dedicada a El Carambolo. En ella se muestra una reproducción del magnífico tesoro de oro en relación a su contexto original: un santuario dedicado a divinidades fenicias. Podemos ver también la representación de la diosa fenicia Astarté, realizada en bronce y sentada, con los pies sobre un escabel en el que aparece el texto más antiguo que se conoce en la Península, entre los siglos VIII y VII a.C. Se incluyen en los contenidos de la sala otros tesoros, como el de Ébora y Mairena, y otros santuarios del entorno, como los de Coria o Lebrija.

Ya dentro del mundo romano, en la planta principal, las opciones pueden ser muy diversas, de acuerdo con el interés de cada visitante: la gran escultura italicense -Venus, Mercurio, Diana, Fortuna, Alejandro-; los mosaicos; los retratos imperiales, con Trajano y Adriano; la epigrafía; el comercio; la cerámica; el mundo funerario; etc.

En cualquier caso, es aconsejable que todo itinerario por el mundo romano pase por una visita a la sala de Epigrafía Jurídica en bronce, ya que en ella se reúne la más rica colección de textos jurídicos que se conoce, con leyes municipales y coloniales, senadoconsultos, contratos de hospitalidad, cartas imperiales, y otros de menor interés.