(Por Mª Isabel Gutiérrez Deza, Dra. en Arqueología)

Habemus luxuriam atque avaritiam, publice egestatem, privatim opulentiam: estamos poseídos del lujo y de la avaricia, en público la pobreza, la opulencia en privado. (Catón)

Las domus romanas no eran sólo un hogar, sino un lugar de representación, muestra de lujo y poder. Todo lo que está a la vista del visitante está encaminado a saturar sus sentidos, generando su admiración y envidia.

Hemos escogido como pieza favorita, el opus sectile aparecido en Paseo de la Victoria nº 17 allá por el año 1962 porque siento debilidad por este tipo de revestimientos marmóreos desde que centraron el tema de mi tesina en el año 2000.

Estos revestimientos de mármol, no son mosaicos, aunque se incluyen, junto a éstos, en el conjunto de decoración pavimental y, posteriormente, también mural de época romana. Estos placados pertenecen a talleres diferentes, con cartones de diseño diferentes y circuitos de difusión diferentes. Por su elevado coste de fabricación, en el que intervenían con frecuencia marmora llegados de todos los puntos del Imperio, se destinaban a cubrir las salas más representativas de la domus, esto es, el triclinium, el tablinium o incluso un oecus. Este tipo de revestimiento marmóreo también se encuentran en foros, templos, termas y por supuesto en las grandes villas imperiales.

 Este sectile fue hallado, como hemos indicado, en 1962 durante unas obras en el Paseo de la Victoria número 17, junto al lienzo murario de la ciudad, norte de la Porta Principalis Sinistra (Puerta de Gallegos).

Este placado desarrolla un esquema de módulo cuadrado simple, con baldosas de 45 cm de lado que alternan en una composición en damero, esquemas de tipo Q4p (cuatro cuadrados inscritos unos dentro de otros y  girados 45º con cuatro puntas de lanza en las esquinas del cuadrado mayor) y Q3pD (se diferencia del anterior en que el último cuadrado central ha sido sustituido por un disco). Para su configuración se trajeron marmora desde el norte de Túnez, Grecia, Turquía y Egipto, mostrando una de las muestras marmóreas más variadas y ricas en este tipo de pavimentos. Destaca el uso de dos marmora poco frecuentes como son la breccia Settebasi y la breccia Semesanto, ambos procedentes de la isla de Skyros (Grecia).

Su estructura y diseño lo sitúa entre la segunda mitad del siglo II d. C. y principios del siglo III d. C.  y debió cubrir una pequeña sala, tablinium o biblioteca.

En los meses de junio a septiembre del año 2018, el Museo Arqueológico de Córdoba realizó una exposición temporal en el que se mostraba este sectile y fue objeto de pieza del mes.

Sin duda, el dueño de la domus que albergaba este sectile estaba orgulloso de mostrar a sus visitantes los extraños mármoles que habían llegado desde el otro extremo del Mediterráneo, evidenciando su poder económico de paso. Igual que hoy día en redes muchos muestras sus últimas adquisiciones, viajes, comidas, ya sabéis lo que nos gusta mostrar lo bien que nos va a todos, pues en la Antigua Roma, era igual.</p>