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El sarcófago de Meleagro

21/04/2020

La utilización de elementos y materiales de construcción de épocas anteriores fue algo habitual en el Islam, pero es en Medina Azahara donde la reutilización de obras escultóricas romanas en las principales estancias del palacio alcanza su mayor expresión.

¿Sabías que...?

Medina Azahara posee la mayor colección de materiales romanos que se han encontrado en un sitio arqueológico coetáneo de época islámica, tanto en Europa como en Oriente y el norte de África. Estas piezas son esculturas de bulto redondo y, sobre todo, sarcófagos de mármol labrados en una sola pieza, de los que se conservan unos treinta ejemplares, unos completos y la mayoría en diverso grado de fragmentación. Algunos de estos sarcófagos son lisos, pero otros presentan una rica decoración figurativa que permite identificar sus escenas: mitológicas, funerarias, filosóficas... Su cronología oscila entre los siglos I y IV d.C. Todos ellos fueron reutilizados como pilas de agua y tras hacerles diversas adaptaciones, como orificios para la alimentación, rebosadero y desagüe, se situaron, preferentemente, en el centro de los patios de los edificios más singulares del palacio.

La colección arqueológica de época romana aparecida en Madinat al-Zahra (José Beltrán Fortes)

Este sarcófago de mármol griego, probablemente de canteras de Tasos, representa un tema mitológico: la cacería del jabalí de Calidón por Meleagro, y apareció descompuesto en múltiples fragmentos en la red de saneamiento del llamado Patio de los Pilares, que fue excavado entre los años 1924-25. La escena se muestra en su frente principal, pues el posterior es liso, y en los laterales se identifican los preparativos de la misma. Conocemos sus dimensiones totales (2,05-2,10 m. de longitud; 1,31 m. de ancho; 0,85 m. de altura) gracias a la hipótesis sobre su desarrollo elaborada por el profesor J. Beltrán, que ha relacionado directamente este ejemplar con otro sarcófago de la misma temática conservado en Pisa. La recomposición de sus fragmentos, realizada por el restaurador Salvador Escobar, ha permitido demostrar que la pieza se emplazó en el centro del patio, como muestra la fotografía.

Todo lleva a pensar que la mayoría de estos sarcófagos fueron seleccionados intencionadamente y extraídos en el s. X de las necrópolis romanas de la ciudad de Corduba. Así lo demuestra la similitud de otro ejemplar de Medina Azahara, que representa la Puerta del Hades con difuntas y musas, con el proveniente de la necrópolis del barrio de Santa Rosa, hoy en el Alcázar de los Reyes Cristianos, que muestra la misma temática.

Para saber más...

¿Qué significado cabe dar a estas piezas figurativas de una cultura ajena y tan distintas de la decoración de estos palacios?

Sobre este tema extraordinariamente complejo se han vertido diversas interpretaciones. Más allá de su función utilitaria como contenedores de agua, que es común a todos los sarcófagos reutilizados, los figurativos y las piezas de bulto redondo pueden tener varias lecturas. De manera general, testimonian la admiración de la élite omeya, y especialmente de la familia califal, por la cultura de la antigüedad, manifestada también en la búsqueda y adquisición de manuscritos y objetos en Oriente para el Alcázar de Córdoba desde el s. IX. Por otra parte, ese pasado cultural es utilizado como un medio de legitimación política: los omeyas se sienten herederos y continuadores de los logros conseguidos por las culturas anteriores, que ellos han venido a superar.
 
Madinat al-Zahra y la observación del tiempo: el renacer de la Antigüedad Clásica en la Córdoba del siglo X (Susana Calvo Capilla)

En el interior de Medina Azahara hay que valorar también la significación específica que se otorga a cada una de estas piezas en el contexto de los edificios y espacios en las que fueron empleadas.      

 

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